Desplome

La venta de viviendas en Estados Unidos hace “crack” y registra su mayor caída desde la Gran Recesión

Las operaciones se hunden un 18% en 2022 por la limitada disponibilidad de producto y los costes de financiación

Vivienda en venta en Estados Unidos
Vivienda en venta en Estados UnidosMatt RourkeAgencia AP

El mercado de compraventa de viviendas de Estados Unidos sufrió un severo revolcón el pasado ejercicio. Según los datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR, por sus siglas en inglés), el número de transacciones de unidades de segunda mano alcanzó los 5,03 millones, un 17,8% menos que un año anterior, lo que supone el desplome anual más elevado desde 2008, el año en que estalló la burbuja inmobiliaria de las hipotecas “subprime” y el mundo se sumió en una crisis financiera que condujo a la Gran Recesión, la crisis económica más grave desde la Gran Depresión de los años 20 del siglo pasado.

En el mes de diciembre, las ventas de viviendas en la primera economía mundial alcanzaron una cifra anualizada de 4,02 millones, la más baja desde noviembre de 2010, lo que supone una caída del 1,5% en relación con noviembre de 2022 y del 34% respecto del mismo mes de 2021. Con ello, el volumen de transacciones de casas usadas acumula once meses consecutivos a la baja, la serie de caídas más prolongada desde el comienzo de la recopilación de los datos en 1999.

Para el economista jefe de NAR, Lawrence Ye, detrás de este abrupto frenazo de la actividad hay dos factores fundamentales. Uno, la escasa oferta de viviendas en venta disponibles. El inventario total de viviendas usadas registrado a finales de diciembre fue de 970.000 unidades, un 13,4% menos que en noviembre. Una cantidad, no obstante, es un 10,2% mayor de la que había hace un año. El otro, y quizá más determinante, son los crecientes costes de financiación. Al igual que el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal (FED) inició el año pasado una lucha sin cuartel para luchar contra la inflación -en diciembre se situó en el 6,5%- que le he llevado a incrementar los tipos de interés. Desde marzo, lo ha hecho en siete ocasiones, hasta situarlos en una horquilla entre el 4,25 y el 4,5%.

Este cambio de política monetaria de la FED ha provocado que las tasas hipotecarias alcanzaran máximos históricos el año pasado en Estados Unidos, mermando así la capacidad de compra de determinados sectores. Ye, no obstante, espera que esta situación cambie este ejercicio dado que, según asegura en un comunicado, estos mismos costes ya han bajado de forma importante tras tocar techo.

Sin bajadas a la vista

Lo cierto es que la Reserva Federal no tiene en su hoja de ruta más inmediata recortar los tipos. En la última reunión que celebró a mediados de diciembre, ninguno de los asistentes manifestó interés en bajar el precio del dinero a lo largo de 2023 a pesar de que consideran que hay una posibilidad real de que Estados Unidos entre en recesión. “Ningún participante ha anticipado que sería apropiado empezar a reducir los tipos de interés en 2023. Han observado por norma general que sería necesario mantener una política restrictiva hasta que los nuevos datos ofrecieran confianza de que la inflación estaba en un ritmo sostenible a la baja hacia el 2%”, explica el acta de la reunión.

Según adelantó la Reserva Federal, el ritmo de endurecimiento de la política monetaria sería más lento durante el próximo año por los abultados incrementos en el precio del dinero que se dieron durante 2022. No obstante, la autoridad monetaria americana insistió en que esto no significaba que fuera a parar las subidas de tipos o incluso a acometer rebajas.

A pesar de este frenazo de las ventas, el precio mediano de venta de una vivienda de segunda mano se situó en diciembre en 366.900 dólares (339.320 euros), lo que implica un incremento del 2,3% desde diciembre de 2021 y aumenta a 130 meses consecutivos la serie de aumentos interanuales, la racha más larga registrada.