Economía

Botes de ministra y Presupuestos

España tendrá que recortar gastos o subir impuestos o ambas cosas a la vez y nadie garantiza que eso vaya a ser un éxito

Pedro Sánchez y María Jesús Montero en la Ejecutiva del PSOE en Ferraz
Pedro Sánchez y María Jesús Montero en la Ejecutiva del PSOE en FerrazDavid JarLa Razón

Adam Smith (1723-1790), el padre del liberalismo, del que este año se cumplió el tricentenario de su nacimiento en España –un país sin liberales– y que pasó sin pena ni gloria, era un firme defensor de que «el único Presupuesto aceptable es un Presupuesto equilibrado». El Gobierno de Sánchez, ahora en funciones, y tampoco los anteriores, incluidos los de Zapatero y Rajoy parecen compartir las doctrinas del economista y filósofo escocés. Los más de 1,5 billones de deuda pública actuales son el resultado de Presupuestos desequilibrados –con déficits– de los últimos quince años.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda, también en funciones, que no paraba de botar y botar en la noche electoral, parece ser que ni tan siquiera ha iniciado los trabajos preparatorios de los Presupuestos para 2024, aunque después de la «sorpresa» en las urnas quizá haya ordenado que muevan algún papel. Lo que parece claro es que Montero no confiaba en que Sánchez siguiera en la Moncloa y que pensaba dejarle «la tostada» a un sucesor del PP para que apechugara con las curvas que vendrán el próximo año. Ahora tampoco puede hacer demasiado porque los Presupuestos, sin duda, serán la siguiente negociación tras la previsible investidura de Pedro Sánchez. El líder del PSOE prometerá lo que tenga que prometer para renovar el alquiler de la Moncloa pero, una vez que lo logre, tendrá que empezar a pagar las facturas pendientes y a sus acreedores –un total de 19 partidos, desde ese PNV de derechas que para a las derechas, hasta los más comunistas de Sumar, sin olvidar a Puigdemont y los suyos– querrán cobrar sus letras pendientes y, además, tendrán prisa. El encaje de bolillos complicará más todavía dirigir la economía española –todo indica que seguirán Calviño y Montero– porque los tiempos del dinero gratis y a espuertas y en los que Comisión Europea aceptaba todo –gasto y más gasto y deuda y déficit sin control–han pasado. España tendrá que recortar gastos o subir impuestos o ambas cosas a la vez y nadie garantiza que eso vaya a ser un éxito. Puede que alguien lo defienda en el próximo Gobierno, pero allí no habrá nadie –sobre todo la ministra que bota– que crea en un presupuesto equilibrado, como Adam Smith.