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California, Nevada y Tennessee, los estados más golpeados por los aranceles

Pese a la tregua de 90 días entre Estados Unidos y China, las incertidumbres persisten

Santa Mónica, Los Ángeles, California
California importó casi 123.000 de dólares en bienes procedentes de ChinaDreamstime

Tras meses de tensiones comerciales crecientes entre Estados Unidos y China, ambas potencias han acordado una tregua de 90 días que suspende la mayoría de los aranceles recíprocos. Aunque esta medida ofrece un respiro temporal a empresas y consumidores, el trasfondo económico sigue siendo incierto y plantea qué estados y sectores de Estados Unidos son más vulnerables ante esta volatilidad comercial.

El acuerdo llega en un momento crítico. En abril, las exportaciones chinas a Estados Unidos cayeron un 21%, la mayor disminución en años. Esta drástica caída tuvo como motivo los aranceles del 145% impuestos por la administración Trump. Muchas empresas estadounidenses se apresuraron a advertir sobre escasez de producto y aumento de precios debido a interrupciones en las cadenas de suministro.

Para comprender el alcance de esta dependencia comercial, Investors Observer ha publicado un ranking que revela qué estados americanos son más dependientes de las importaciones chinas, y por lo tanto, más expuestos a los efectos negativos de las tensiones comerciales. California lidera en volumen total de importaciones. En 2024, el estado importó casi 123.000 de dólares en bienes procedentes de China, casi tres veces más que el segundo estado en la lista. Esta cifra subraya la enorme interdependencia comercial entre la economía californiana (la mayor de EE UU) y la manufactura china.

Nevada encabeza la clasificación en términos de dependencia relativa. Aunque no importa tanto como California en términos absolutos, el 26% del total de sus importaciones provienen del gigante asiático. Esto la convierte en la economía estatal más expuesta proporcionalmente a cualquier fluctuación en la relación comercial bilateral.

Tennessee es territorio el más vulnerable en términos de PIB, ya que las importaciones chinas representan el 22% del mismo, el porcentaje más alto entre todos los estados.

En el extremo opuesto, el de los estados menos dependientes del comercio con China, se encuentran Montana, Alaska y Wyoming. Su baja dependencia se explica por sus economías orientadas a los recursos naturales, como la minería, la energía y la agricultura, y no tanto a la manufactura o la tecnología, sectores que típicamente dependen más de piezas y productos chinos.

Estos estados, según el análisis, también reflejan un patrón interesante: cuanto más rural y autosuficiente es la economía, menor es su exposición a la volatilidad del comercio internacional.

La presión que estas tensiones ejercen sobre las empresas estadounidenses ya es visible. La subida de aranceles ha hecho que muchas compañías enfrenten mayores costes de producción, dificultades para reponer inventario y tiempos de espera más largos. Sectores como la electrónica, los productos textiles, los electrodomésticos se han resentido especialmente. Para los consumidores, esto se traduce en precios más altos y menor disponibilidad de productos.

La tregua comercial entre Estados Unidos y China brinda un alivio momentáneo, pero no elimina las incertidumbres a las que enfrenta la economía estadounidense y también mundial.