Opinión

Carlos Cuerpo, ante la "tenebrosa" tentación de convertirse en político

Ójala el nuevo ministro de Economía sirva de contrapeso ante los peores instintos de este Gobierno

El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo recibe la cartera de manos de su antecesora en el cargo, Nadia Calviño en presencia de María Jesús Montero, nueva vicepresidenta primera durante un acto celebrado este viernes en el ministerio de Economía en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 29 12 2023
El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, recibe la cartera de manos de su antecesora en el cargo, Nadia CalviñoAlberto R. RoldánFotógrafos

 Carlos Cuerpo es desde hace unos pocos días el nuevo ministro de Economía tras la marcha de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones (al respecto, por cierto, recordemos que fue la propia Calviño quien le reprochó a Ferrovial su escaso compromiso con España por trasladar su sede social a Países Bajos).

De entrada, se trata, dentro de los parámetros ideológicos de este Gobierno, de una buena elección: Cuerpo procede del área técnica del Ministerio (fue secretario de Estado del Tesoro con Calviño) y, por tanto, al menos de entrada no tiene un fuerte perfil politizado. Por supuesto, la política economía que va a ejecutar Cuerpo será necesariamente política y, por tanto, estará subordinada a las metas ideológicas tanto del Partido Socialista y como de Sumar. Pero al menos, como técnico que es, conoce muchas de las restricciones económicas a las que ha de someterse la política: es decir, en principio, Cuerpo tratará de frenar muchas de los locuras populistas que puedan querer sacar adelante el resto de Ministerios del Gobierno.

No obstante, tengamos también presente que, en algunas ocasiones, los técnicos se convierten en los mejores políticos. Por dos razones. Primero, porque los técnicos pueden sentirse descolocados dentro de entornos repletos de políticos profesionales y, para integrarse en ellos, acaso sientan la tentación de exagerar sus peores vicios (lo que suele advertirse de que el converso siempre termina siendo el más fanático). Éste ha sido, por ejemplo, el caso de José Luis Escrivá. El que ha sido el ministro de Seguridad Social con el perfil más técnico de cuantos han ocupado ese cargo y el que terminó perpetrando la peor reforma de las últimas décadas con el único propósito de complacer los perjuicios de su jefe y de los votantes de su jefe.

Segundo, porque los técnicos conocen con mucho detalle su campo de competencias, de modo que pueden instrumentalizar esos conocimientos para obrar del peor modo posible.

Ojalá Carlos Cuerpo resista tan tenebrosas tentaciones y sirva de contrapeso, en lugar de como acicate, para los peores instintos de este Ejecutivo.