Alemania

Commerzbank prepara un recorte de 9.000 empleos para salvar la crisis

El ajuste del segundo banco alemán, que vale un 35% menos que en enero, costaría 1.000 millones

Commerzbank prepara un recorte de 9.000 empleos para salvar la crisis
Commerzbank prepara un recorte de 9.000 empleos para salvar la crisislarazon

El ajuste del segundo banco alemán, que vale un 35% menos que en enero, costaría 1.000 millones

En febrero, cuando el Deutsche Bank dio nuevos signos de debilidad, el ministro germano de finanzas, Wolfgang Schäuble, salió a la palestra para asegurar que el mayor banco alemán era «sólido como una roca» y que no había motivos para la preocupación. Ayer le tocó el turno a la mismísima canciller. Angela Merkel expresó su confianza en que los problemas del Deutsche Bank puedan resolverse, aunque eludió comentar la posibilidad de que el Estado intervenga la entidad.

Un silencio que no hace sino corroborar que los años de vacas gordas de los bancos alemanes han terminado y que sobre todo aleja la posibilidad de cualquier tipo de ayuda estatal. En el punto de mira alemán, no sólo el Deutsche Bank ,sino también el segundo mayor banco del país, el Commerzbank. Dos gigantes que han vuelto a hacer saltar las alarmas financieras y que en su debacle se están llevando por delante a las bolsas europeas.

Sólo el Commerzbank, cuyas acciones han perdido en lo que va de año cerca de un 35% de su valor, se dejó ayer un 2,18%, hasta los 5,91, euros mermado por la posibilidad de que pueda eliminar 9.000 puestos de trabajo en los próximos años. Según el periódico alemán «Handelsblatt», el recorte supondría despedir al 18% de la plantilla y podría costar a este banco hasta 1.000 millones de euros, ya que su presidente ,Martin Zielke, y tal como quiere desvelar el viernes, tiene la intención de acometer una reorganización que se prolongaría hasta el año 2020.

Asimismo, la Prensa asegura que el banco no repartirá dividendos entre sus accionistas este año. Al igual que otras entidades alemanas, Commerzbank es víctima de los bajos tipos de interés de la eurozona, de la imposición de una legislación más estricta tras la crisis financiera, así como un damnificado de la fuerte competencia del mercado bancario alemán; amén de la aparición de las nuevas tecnologías digitales.

Por su parte, los títulos del Deutsche Bank llegaron a caer un 3%, aunque finalmente cerraron en los 10,55 euros ante las dudas que plantean los rumores de rescate por parte del Gobierno alemán como consecuencia de la multa de 14.000 millones de dólares (12.447 millones de euros) propuesta por las autoridades norteamericanas por la comercialización de productos respaldados con hipotecas basura. El banco alemán espera llegar a un acuerdo con las autoridades por una cantidad sustancialmente menor y así poder levantar cabeza.

Desde mayo de 2007, previo al estallido de la crisis subprime, esta entidad ha perdido cerca del 90% del valor de sus acciones, por lo que ahora el valor de esta entidad se sitúa ligeramente por encima de esta multa. Una ecuación que agrava más si cabe la situación que esta inmenso banco que acumula demasiados activos tóxicos y derivados financieros y cuyas ramificaciones podrían afectar al conjunto del sistema financiero. Aunque a menudo, incluso antes del comienzo de la crisis, se haya dicho que esta institución es demasiado grande para caer, el temor continúa y de ahí que su director de comunicación, Jörg Eigendorf, asegurase que un eventual rescate público es algo que no se encuentra «en la agenda» de la entidad y que «el banco está decidido a afrontar los desafíos por sí mismo».

El Deutsche Bank está decidido a solucionar este problema sin recurrir a una ampliación de capital. Algo que sin embargo no comparte la totalidad del sector o incluso algunos analistas que miran ahora con recelo la actitud de la canciller al descartar cualquier tipo de ayuda estatal a este grupo antes de las próximas elecciones de septiembre de 2017.