Condiciones contractuales

Los contratos de sustitución pasarán a ser indefinidos cuando el trabajador se reincorpore en estos casos

Esta práctica suele ser empleada por las empresas para ahorrarse puestos de trabajo, prolongando las condiciones contractuales de un trabajador temporal

Una persona firma un contrato
Una persona firma un contratoLa Razón

En el mercado laboral español, los contratos temporales han sido durante décadas una herramienta útil para cubrir necesidades puntuales de las empresas, pero también una fuente constante de precariedad para miles de trabajadores. Especialmente vulnerables son aquellos con contratos de sustitución, diseñados originalmente para cubrir ausencias justificadas de otros empleados, pero que en la práctica han servido en muchos casos como vía encubierta para mantener mano de obra barata y prescindible en el momento exacto en el que se precise. Esta figura contractual ha sido utilizada en sectores como la sanidad, la educación o el comercio para encadenar contratos breves, con despidos inmediatos una vez finaliza la causa de sustitución, sin que el trabajador obtenga ningún tipo de estabilidad.

Organismos como la Inspección de Trabajo y sentencias recientes de tribunales han puesto de manifiesto estas malas praxis. Empresas que, por ejemplo, mantenían durante años a un trabajador con contratos de sustitución para distintos compañeros, o incluso con sustituciones ficticias, son cada vez más comunes en los informes oficiales. La práctica erosiona no solo los derechos del empleado, sino también la calidad del empleo en general. Ahora, el Gobierno y los legisladores buscan frenar esta dinámica con una reforma que modifica de raíz el estatus legal de estos contratos.

El gran cambio en los contratos de sustitución

Según hemos podido saber por el Boletín de Noticias RED 09/2025, a partir de ahora, los contratos de sustitución pasarán a ser considerados indefinidos por ley, incluso en el caso de que el trabajador sustituido se reincorpore a su puesto. Sin embargo, esta conversión no será automática en todos los casos, sino que se activará únicamente si se cumplen ciertos requisitos específicos. El objetivo es frenar el uso fraudulento de esta modalidad y garantizar que los trabajadores que han demostrado su valía durante largos periodos no sean despedidos arbitrariamente.

La conversión del contrato de sustitución en indefinido se aplicará automáticamente si no se ha gestionado la baja correspondiente o no se ha realizado la transformación del contrato dentro del plazo establecido. Esta medida da cumplimiento al artículo 8.2 del Real Decreto 2720/1998, de 18 de diciembre, que desarrolla el artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, el cual establece que, una vez finalizado el plazo máximo del contrato o su prórroga, si no se ha comunicado expresamente su fin y el trabajador continúa prestando servicios, el contrato se entenderá prorrogado tácitamente por tiempo indefinido.

Esta conversión afecta a contratos de sustitución vinculados a causas como el descanso por nacimiento, cuidado del menor, riesgo durante el embarazo o la lactancia, y la incapacidad temporal, entre otras.

Los sindicatos piden más y las empresas menos

Las organizaciones sindicales han valorado positivamente la iniciativa, aunque insisten en que será necesaria una vigilancia firme por parte de las instituciones. Denuncian que sin un refuerzo de los mecanismos de control, muchas empresas buscarán nuevas fórmulas para eludir la norma. También exigen que la conversión automática a indefinido no se limite a un solo supuesto, sino que se amplíe a otros tipos de contratos temporales que están siendo utilizados de forma abusiva.

Desde el ámbito empresarial, en cambio, algunas patronales han expresado su preocupación por la rigidez que puede introducir esta medida en la gestión de recursos humanos. Alegan que en sectores con alta rotación o necesidades cambiantes, la imposición de contratos indefinidos podría dificultar la operativa diaria y aumentar los costes laborales. No obstante, desde otro prisma se establece que una mayor estabilidad en el empleo también puede traducirse en mejoras de productividad y compromiso por parte de los trabajadores.

La problemática que persiste en España

El debate sobre los contratos de sustitución refleja un problema de fondo en el mercado laboral español: el desequilibrio entre flexibilidad empresarial y estabilidad para el trabajador. Con esta nueva medida, el Gobierno busca corregir una práctica que ha dejado en la indefensión a miles de empleados, consolidando el principio de que la temporalidad debe ser una excepción, no la norma. Ahora, el foco estará en la aplicación efectiva de la reforma y en su capacidad real para transformar una cultura laboral donde, hasta ahora, la inestabilidad ha sido la regla.