
Agricultura
El dinero de la PAC y Mercosur, a escena
Los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE comienzan en diciembre la negociación sobre los fondos europeos. La ratificación del acuerdo con el bloque suramericano podría complicarse

Durante el mes y medio corto que falta para que acabe el año se van a registrar hechos importantes para el futuro del campo europeo, incluido por supuesto el español: el comienzo de las negociaciones sobre el Marco Presupuestario 2028-34 en la Cumbre Europea de Jefes de Estado y de Gobierno; las conversaciones entre la Comisión Europea (en nombre de la UE) y la India para alcanzar un acuerdo comercial con el país más poblado del mundo, que tendría especial relevancia para el sector del arroz y, por último, la posibilidad, todavía incierta, de que se ratifique el acuerdo alcanzado entre la UE y Mercosur, con el 20 de diciembre como fecha más probable. Y todo ello suponiendo que no surja un acontecimiento de última hora.
Los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunirán a mediados de diciembre en Bruselas. Está previsto que aborden por primera vez la propuesta de la Comisión Europea sobre el Marco Financiero de la UE 2028-34. Esta negociación se presenta, como siempre, muy complicada, pero en este caso más todavía, si es posible. La presidenta de la Comisión Europea, que cada vez está más cuestionada en su propio grupo político, el Partido Popular Europeo (PPE), anunció en su intervención de la semana pasada ante el Parlamento Europeo algunos cambios en su propuesta inicial, que afectarían a la PAC y su financiación. Sin embargo, estas modificaciones tampoco han aclarado mucho la situación. Durante los debates de los máximos mandatarios de la UE deberían darse los primeros pasos para definir, primero, los ingresos que tendrán las arcas comunitarias durante ese periodo de tiempo, divididos en dos grandes bloques: lo que están dispuestos a aportar los Estados miembros (no andan muy por la labor de incrementar sus contribuciones) y los impuestos y tasas nuevas que se podrían crear a nivel comunitario, así como la posibilidad de salir a los mercados de capitales a endeudarse. Una vez que se haya establecido esa cantidad, habrá que ver cómo se gasta y aquí es donde entra en juego lo que suceda con el dinero de la PAC. La primera y gran clave es saber si continuará siendo «sagrado», o no; es decir, que si una vez fijado ya no se puede tocar, como sucede ahora mismo, o si por el contrario se mete en un «saco» común con otros fondos entre los que pueden realizarse transferencias. Luego vendrá acordar la cantidad de dinero asignada a esta política, con un más que probable recorte, y, finalmente, si se continúa renacionalizando la PAC, o no. Todas esas son decisiones que deben adoptar los Jefes de Estado y de Gobierno, no los ministros de Agricultura. La negociación, además de complicada, será larga, y tal como están las cosas en España, cabe la posibilidad de que Sánchez no la finalice. De momento, no se conoce la posición global que mantiene nuestro país, tanto sobre el capítulo de los ingresos de las arcas comunitarias como de los gastos.
También están las incógnitas que rodean al Acuerdo con Mercosur, que se enreda por momentos. El objetivo es que el pacto se cierre del todo dentro de un mes, el 20 de diciembre, en Brasil. Pero en los últimos días han surgido dos dificultades de última hora. La primera es que Francia, que parecía que había flexibilizado su oposición, ha vuelto a expresar su rechazo. Lo ha hecho el propio presidente de la República, Macron, que manifestó un «no rotundo a la ratificación en la redacción actual». Desde París continúan buscando apoyos para formar una minoría de bloqueo. Hay que prestar atención a lo que sucede en el Parlamento Europeo: la próxima semana se votará en el pleno una petición de 145 diputados para pedir al Tribunal de Justicia de la UE que examine si el proceso de ratificación de este acuerdo es compatible con los Tratados de la UE. Eso podría dar lugar a una parálisis y a que no se pueda cerrar el 20 de diciembre.
Finalmente, no hay que perder de vista las negociaciones que se desarrollan con la India para firmar un acuerdo de carácter comercial. Como suele ser habitual, el capítulo agrícola figura entre los dos más complicados para ambas partes. Desde Bruselas se pide un mejor acceso para determinados productos agroalimentarios europeos al mercado de la India; actualmente están gravados con aranceles muy altos. Por otro lado, podría llegar más arroz desde este país a la UE, lo que complicaría las cosas para este sector español, ya muy afectado por la iniciativa «todo menos las armas».
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