La «trama» presuntamente liderada por Ángel de Cabo utilizaba todo tipo «recursos» para ocultar bienes, desde testaferros hasta un complejo entramado societario nacional e internacional; donde algunas de esas empresas estaban radicadas en paraísos fiscales y en «jurisdicciones de riesgo».

Pero, a la vez, tenía tal confianza en sus hombres, principalmente en Iván Manuel Losada –consejero delegado del antiguo holding de los Ruiz Mateos–y Susana Mora, que no dudaba en otorgarles serias «responsabilidades» en el seno de la organización. Eran los dos únicos que tenían «poder de decisión» en la misma.

Susana Mora, según se señala en el auto del magistrado, fue adquiriendo en la última época la responsabilidad de figurar como fiduciaria en empresas, tanto nacionales como internacionales, de De Cabo. Así, destaca el magistrado, el pasado mes de septiembre se inscribió su designación como administradora única de una sociedad que sería «la única empresa que produce dinero dentro del grupo orquestado por De Cabo, "Naturaleza y Turismo", antes "Trapsatur"».

Como gesto de esa confianza, De Cabo le confió la documentación «comprometida» y dinero o cheques bancarios,

«que guardaría en su domicilio, en el trastero del mismo y hasta en su vehículo particular», según se señala al respecto en la citada resolución judicial.

De hecho, en el registro efectuado en su domicilio, los agentes encontraron más de un millón de euros en efectivo.

La fianza que le impuso el juez, 3.000 euros, contrasta con la de los 30 millones a Losada. La causa es que, al parecer, Susana Mora tuvo una actitud «colaborada» con el juez cuando acudió a declarar.