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La huelga indefinida de la seguridad de El Prat fuerza un arbitraje urgente

Los trabajadores de Eulen votan por segunda vez en contra del aumento salarial pactado con la Generalitat

Los miembros del comité de huelga de Eulen realizan el recuento de votos tras la asamblea.
Los miembros del comité de huelga de Eulen realizan el recuento de votos tras la asamblea.larazon

Los trabajadores de Eulen votan por segunda vez en contra del aumento salarial pactado con la Generalitat.

Casi lo anunciaron por la mañana y, efectivamente, se cumplió. La asamblea de trabajadores de seguridad de Eulen en el aeropuerto del Prat rechazó por 150 «noes» frente a 36 «síes» la propuesta salida de la mediación de la Generalitat entre representantes de los empleados de seguridad, la empresa y AENA para poner fin al conflicto laboral. Habrá hoy huelga indefinida y también comenzará otro proceso.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, informó ayer que ya está en marcha el procedimiento para la aprobación del laudo de arbitraje obligatorio del conflicto laboral de los trabajadores de seguridad de El Prat, y añadió que a lo largo del fin de semana el Ejecutivo comenzó con los preparativos para llevarlo a cabo.

«De hecho ya ha habido una petición formal por parte de Fomento a la Abogacía del Estado, que está y ha estado haciendo durante el fin de semana el informe pertinente para poder trasladarlo al Ministerio de Empleo y, de ahí, al Consejo de Ministros, que es quien tiene que dar el primer paso para constituir o formalizar la designación de un árbitro», indicó De la Serna.

El ministro remarcó que se ha buscado dar cierto tiempo «para la elaboración de la propuesta que tendrá un carácter vinculante para las partes».

De la Serna defendió que, en este proceso para la resolución del conflicto laboral con los empleados de Eulen, hubo dos fases que «fracasaron», por lo que la Administración General del Estado es la «competente» para asumir el laudo de arbitraje obligatorio.

Consecuencias

Esta decisión, en un conflicto que ya dura semanas, tendrá varias consecuencias. Una de ellas es un hecho que ya comenzó el sábado, la mayor presencia de los agentes de la Guardia Civil en el aeropuerto, y que podría ser hoy mucho más decisiva por la segunda derivada del problema. Se trata de que los empleados de Eulen empiezan la citada huelga indefinida.

Es un conflicto que ya dura más de dos semanas, y en los que tanto el Gobierno como la Generalitat, y también el Ayuntamiento de Barcelona, se pusieron de acuerdo para buscar una solución.

El propio ministro de Fomento supervisó el problema en Barcelona. El Ejecutivo recomendó a los trabajadores de Eulen que aceptaran la propuesta de mediación de un aumento del sueldo de 200 euros en doce pagas, pero ayer fue rechazada.

El aeropuerto está teniendo estos días más de 1.000 operaciones diarias, entre salidas y entradas, por lo que las consecuencias de la huelga indefinida son imprevisibles, porque las posturas parecen muy alejadas. No se vislumbre una solución a corto plazo.

El abogado de los trabajadores, Leopoldo Quintero, aseguró que la asamblea estuvo marcada por «una arrogancia absolutamente incompatible con los principios básicos del derecho» por parte de del ministro De la Serna, a quien acusó de amenazar a los huelguistas con un laudo. Criticó que al titular de Fomento «no le corresponde hacer en absoluto hacer ese tipo de declaraciones porque no es árbitro del conflicto».

Quintero también arremetió contra los servicios mínimos del 90 por ciento fijados por la Delegación del Gobierno en Cataluña, que tachó de abusiva e incluso dijo que éstos se cumplieron «escrupulosamente».

Sobre la presencia más efectivos de la Guardia Civil en el aeropuerto, subrayó que el Gobierno lo justificó no porque vayan a sustituir a los trabajadores en huelga, sino para «reforzar la seguridad».

Por su parte, el asesor del comité de huelga, Juan Carlos Giménez, señaló que la «convivencia de los trabajadores de Eulen con el Instituto Armado es mala porque los agentes», según dijo, «presionan» a los empleados, y garantizó que los servicios mínimos previstos para la huelga total de 24 horas se van a cumplir. Los sindicatos aplaudieron la votación negativa a un acuerdo.

La consejera de Trabajo de la Generalitat, Dolors Bassa, aseguró, tras la votación de ayer, que la tarea de su administración «ya terminó». Aceptó el resultado de la asamblea, pero se mostró dispuesta a retomar la negociación, incluso a cualquier hora. «Estaríamos abiertos hoy mismo –por ayer– toda la noche para que no hubiera huelga.