Empresas
El esfuerzo financiero de las pymes casi se ha triplicado en un año
La productividad de las pequeñas empresas cae un 0,9%, mientras los costes laborales suben un 5,2%, constata Cepyme. El esfuerzo financiero de una pequeña empresas ha pasado de 9,600 euros en 2022 a 23.300 euros en 2023; en una mediana lo ha hecho desde los 231.800 a los 605.900 euros
La mayoría de los indicadores económicos se han tornado negativos para las pymes españolas: las ventas ajustadas por inflación apenas han crecido un 1,8% desde el tercer trimestre de 2019; los costes laborales acumulan nueve trimestres seguidos con crecimientos interanuales de al menos el 5%, algo que no ocurría desde 1994; los costes totales se mantienen un 15,9% por encima del nivel de hace dos años; los tipos de interés se han situado por encima del 4%, lo que no ocurría desde junio de 2013, y los nuevos préstamos bancarios medidos a precios constantes cayeron un 3,2% interanual.
Además, «el impacto de los costes laborales a través de un salario mínimo interprofesional (SMI) que afecta a toda la escala salarial, la subida continua de cotizaciones, la prórroga del veto a los despidos o el previsto descenso de la jornada laboral se suman a factores externos a los que se enfrenta la empresa española, como el encarecimiento del crédito o el impacto en los suministros de crisis como la del Mar Rojo van a lastrar el futuro de las pymes».
Así lo constata Cepyme en su último Indicador de Situación de las Pymes, que muestra que la productividad cayó un 0,9% interanual en el tercer trimestre de 2023 y acumula tres descensos consecutivos –es un 1% menor que en 2019 y un 4,7% más baja que en 2011–, mientras que los costes laborales se han disparado un 5,2%.
Esta caída de productividad «implica mayores costes y menor rentabilidad», apunta Cepyme, que considera que este escenario «desaconseja subidas acumulativas de los costes laborales como las que vienen soportando las empresas en los últimos años», con la aprobación de medidas como la subida del SMI y de las cotizaciones, «a las que podría sumarse un alza indirecta en caso de materializarse algún tipo de reducción de jornada». Desde la patronal se considera que pese a que la inflación esté dando «cierta tregua» a los costes operativos de las pymes –gracias a la bajada interanual del 27,2% en los productos energéticos–, las empresas sufren unos costes acumulados que resultan un 15,9% superiores a los del mismo periodo de 2021. «En los próximos trimestres las empresas se enfrentan a una situación adversa definida por una política gubernamental de aumento de costes para las compañías y por medidas y reformas normativas que mermarán más la flexibilidad de las empresas».
Además, el Indicador recalca que al menor flujo de crédito –la financiación bancaria a pymes se ha reducido casi en una tercera parte– se une «un fuerte aumento del esfuerzo financiero, que se ha multiplicado por 2,5 en tan solo un año». Así, el estudio apunta que la fuerte subida de los tipos de interés que afrontan las pymes ha propulsado el esfuerzo financiero de la pequeña empresa tipo de 9.600 euros en el tercer trimestre de 2022 a 23.300 euros en el mismo periodo de 2023. En una empresa mediana lo ha hecho desde los 231.800 a los 605.900 euros en el mismo intervalo de tiempo.
En esta situación de máxima presión, el número de pymes apenas creció un 0,5% interanual en el tercer trimestre. «Este es un incremento, por ejemplo, que resulta la mitad del que se registró, en promedio, a lo largo del periodo 2015-2019».
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