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Esmeralda Gómez, economista, da un valioso consejo: “Se recoge en el artículo 28 del estatuto de los trabajadores”

Cobrar menos que un compañero por el mismo trabajo es ilegal en España, pero la batalla por la igualdad salarial tiene un camino bien definido, desde la denuncia anónima hasta la demanda judicial

La justicia vasca valida el despido de un trabajador al que pillaron dando clases de boxeo mientras estaba de baja
La justicia vasca valida el despido de un trabajador al que pillaron dando clases de boxeo mientras estaba de bajaCanva

Un trabajador que sospeche que su salario es inferior al de un compañero con idénticas responsabilidades tiene a su alcance una herramienta contundente y, sobre todo, segura: la denuncia anónima. Este mecanismo, diseñado para proteger al empleado de posibles represalias, permite poner en marcha una investigación oficial. El primer paso consiste en presentar el caso ante la Inspección de Trabajo, un organismo público cuya misión es determinar si la empresa está vulnerando la ley.

Eso sí, antes de dar cualquier paso, es fundamental que el empleado construya un caso sólido. La clave del éxito en este tipo de reclamaciones reside en reunir todas las pruebas posibles que acrediten la desigualdad. Documentos como las nóminas, el contrato laboral, la descripción oficial del puesto o incluso correos electrónicos que demuestren la igualdad de funciones son cruciales para que la reclamación prospere.

En caso de que la vía administrativa no surta efecto o la compañía se niegue a acatar la resolución, al trabajador siempre le queda el recurso de los tribunales. Este último escalón implica presentar una demanda formal en el juzgado de lo social, donde un magistrado será el encargado de dirimir el conflicto, analizar las pruebas y, si procede, establecer las compensaciones correspondientes para la parte afectada.

El blindaje legal que protege al empleado

Y es que la legislación española es tajante al respecto. El principio de igualdad retributiva por igual trabajo no es una simple recomendación, sino un derecho fundamental. En este sentido, la economista Esmeralda Gómez recuerda en su cuenta de Instagram que la base de esta protección «se recoge en el artículo 28 del estatuto de los trabajadores». Dicha norma prohíbe cualquier discriminación salarial por razón de sexo, origen o cualquier otra condición personal.

No obstante, la propia normativa contempla algunas excepciones muy concretas que sí pueden justificar una diferencia salarial entre dos puestos idénticos. El supuesto más común es el complemento por antigüedad del trabajador, un plus que reconoce y premia la trayectoria y la lealtad de un empleado a la empresa a lo largo de los años.

Asimismo, otro factor que puede explicar una diferencia en el ingreso neto, aunque el salario bruto sea el mismo, son las retenciones del IRPF. El porcentaje de este impuesto varía en función de las circunstancias personales y familiares de cada contribuyente, como el estado civil o el número de hijos a cargo, lo que influye directamente en la cantidad final que se percibe en la cuenta bancaria.