Pensiones

España garantizó a la UE que el alza de las pensiones no alterará el déficit

Escolano transmitió a Moscovici «seguridad» sobre el comportamiento presupuestario y el crecimiento en un encuentro en Bulgaria celebrado cinco días antes de que la Comisión expusiera sus previsiones sobre España

Uno de los encuentros mantenidos por el ministro de Economía, Román Escolano, y el comisario Pierre Moscovici / Ap
Uno de los encuentros mantenidos por el ministro de Economía, Román Escolano, y el comisario Pierre Moscovici / Aplarazon

Escolano transmitió a Moscovici «seguridad» sobre el comportamiento presupuestario y el crecimiento en un encuentro en Bulgaria celebrado cinco días antes de que la Comisión expusiera sus previsiones sobre España.

Cuando el pasado jueves, 3 de mayo, el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, saltó a la palestra en Bruselas para exponer las previsiones económicas de Ejecutivo comunitario sobre España, todo hacía presagiar que la dureza iba a impregnar el tono de sus declaraciones. A pesar de que la Comisión Europea ha detectado un crecimiento de la actividad en nuestro país mucho mayor que el pronosticado, incluso, por el propio Gobierno español –el PIB subirá un 2,9% frente al 2,7% consignado por el Ministerio de Economía en su programa de estabilidad–, la desviación en el déficit público será, en principio, mucho mayor de la prevista. De cuatro décimas, según las autoridades comunitarias, lo que equivale a un desajuste cercano a los 4.500 millones de euros. Eso, sin contar la subida de las pensiones pactada con el PNV, que implicaría este año un sobrecoste extra de otros mil millones.

La UE da por hecho que ese desequilibrio en las cuentas será de, al menos, el 2,6%, frente al 2,2% al que se comprome España, por encima de las líneas rojas, aunque por debajo de las que marca el procedimiento de déficit excesivo, un eufemismo que esconde la férrea vigilancia de la UE sobre las cuentas españolas. Aunque Moscovici apuntó que «España debe seguir haciendo esfuerzos» para reducir el déficit, y de que fuentes comunitarias subrayaron su temor a que el alza de las pensiones pueda agrandar el agujero, el tono del comisario distó mucho de la severidad mostrada en épocas pasadas. ¿Qué pasó para que se produjera este cambio? La clave estuvo en el encuentro que mantuvieron el 28 de abril en Sofía, la capital de Bulgaria, el propio Moscovici y el ministro Román Escolano. Una cita en la que el idioma fue importante, ya que Escolano habla un francés perfecto, lo que le ha permitido mantener hasta ahora una relación muy fluida con su interlocutor.

Fuentes conocedoras de esta cita calificaron la conversación de «muy franca». En ella, apuntan, Escolano ofreció «seguridad» al representante de la Comisión Europea sobre el comportamiento presupuestario y el crecimiento de nuestro país. En otras palabras: el Gobierno aportó garantías de que se acometerá una combinación de un control de gastos y de un aumento de los ingresos suficiente para acercar el máximo posible la consolidación presupuestaria al objetivo pactado. En favor de España juega el dato de crecimiento que reconoció días más tarde la UE. Los indicadores adelantados de actividad indican que la economía española avanza a velocidad de crucero y, salvo nuevo contratiempo por la crisis catalana, el PIB podría llegar a sobrepasar un año más el 3%, pese a que la cifra remitida a Bruselas sea bastante inferior. Esta previsión a la baja ha ocurrido en ejercicios anteriores y el crecimiento adicional que experimentaría nuestra economía tendría traducción en una mejora de la recaudación impositiva y, por tanto, de los ingresos. En otras palabras: España trasladó a Moscovici que el incremento previsible de los gastos se puede compensar con mayores ingresos, incluyendo los recabados por nuevas vías impositivas como la Tasa Google.

El efecto de lo hablado en Bruselas se trasladó luego a Bruselas, lo que contribuyó a atemperar el lenguaje oficial de la Comisión a la hora de divulgar sus previsiones económicas.