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Opinión

El euro se deja querer

La divisa europea ha cogido velocidad de crucero como refugio frente a la inestabilidad que genera el dólar

El euro marca máximos desde 2021 frente al dólar, por encima de 1,17 dólares EUROPAPRESS

El dólar, ese músculo financiero global y eterno refugio en tiempos revueltos, atraviesa una visible crisis de confianza pues lleva un tiempo perdiendo terreno frente a otras monedas, y en especial frente a un euro que, contra todo pronóstico, ha cogido velocidad de crucero pues su cotización ha subido hasta los 1,17 dólares por euro, alejándose cada vez más de aquella vieja expectativa de paridad que algunos daban por inevitable.

Esta situación no es consecuencia de que Europa se esté convirtiendo en un oasis de crecimiento económico y estabilidad política ya que el euro no se encuentra en su mejor momento, dado el bajo crecimiento y la inestabilidad política en varios países de la eurozona.

Simplemente que cuando el dólar se resfría, al euro le basta con no estornudar para parecer estar sano, así que el misterio del dólar debilitado tiene que ver más con los vaivenes internos de EE UU y las dudas que proyecta a los mercados, que con nuestros méritos en Europa.

Junto a la decisión de incrementar drásticamente los aranceles a las importaciones de sus socios comerciales junto con la incertidumbre política, en la que está la guerra con Irán, se suma la caída del consumo de las familias norteamericanas y el déficit público, que se ha convertido en un agujero negro que no deja de crecer, lo que dispara la deuda y debilita el atractivo del dólar como activo refugio, a pesar de que el país sea la primera economía mundial.

Además, hay un trasfondo geopolítico en todo esto, pues los BRICS llevan tiempo buscando su dependencia del dólar mediante una lenta y constante estrategia para "desdolarizar" la economía mundial por la que si hay menos dólares en las reservas de los bancos centrales significa menor demanda y eso presiona a la baja al billete verde como divisa global, dejando de ser la única opción y no debemos olvidar que la caída del dólar beneficia a quienes tienen elevadas deudas en esta moneda.

Así pues, la situación monopolística del dólar podría estar desapareciendo y en teoría económica, cualquier aumento de la competencia, conlleva un ajuste a la baja del precio pues mientras el mundo sigue girando, cuando el dólar tropieza, todos miran al euro, no por fuerte, sino por estar aún de pie.