Europa

Reestructuración bancaria

Falta de credibilidad

La Razón
La RazónLa Razón

Al habitual lento proceder en la toma de decisiones en Europa se suma la necesidad de que se adopten medidas lo más rápido posible. Un ejemplo reciente lo hemos vivido con motivo de la última visita a España de los inspectores de la Comisión Europea, el BCE y el FMI para analizar la salud del sector financiero y verificar que cumple con las condiciones pactadas para su reestructuración.

Si bien el informe preliminar considera que la mayoría de los requisitos exigidos en el Memorándum de Entendimiento siguen en marcha según lo previsto, pone de relieve la respuesta positiva del mercado financiero y destaca positivamente los nuevos requisitos para los créditos refinanciados y reestructurados, la realidad es que las discrepancias internas son crecientes y públicas. No es de extrañar que a cuenta de los nefastos resultados cosechados en rescates como el de Grecia se haya desatado la locura con declaraciones cruzadas entre los miembros de la troika que dicen muy poco de la responsabilidad y saber hacer que deberíamos exigir a sus responsables. Un día el FMI reconoce fallos en el diseño del rescate y arremete contra la Comisión por su falta de experiencia, y al siguiente el vicepresidente económico de la Comisión acusa al FMI de pretender lavarse las manos... Un espectáculo bochornoso que no se merecen los ciudadanos, que son quienes pagan las consecuencias de las decisiones de políticos metidos a aprendiz de líder.

En este contexto, el FMI exigía esta semana al BCE que ponga en marcha medidas para que el crédito fluya. Lagarde indicaba que o el BCE contiene los altísimos costes de financiación que sufren las empresas, sobre todo en países como España, o el crecimiento no volverá y el desempleo no caerá. Preguntada por la posibilidad de que la autoridad monetaria compre activos para suavizar las condiciones que las pymes afrontan, aseguró que apoyarán los instrumentos que el BCE está estudiando para reabrir el grifo del crédito.

Por su parte, el presidente del BCE, Mario Draghi, aseguraba que la economía de la zona euro está en el camino de la recuperación, que se sentirá a partir del final de este año. Para Draghi, la recuperación vendrá de la mano de la política monetaria expansionista del banco central, que redujo los tipos de interés a un nuevo mínimo histórico en mayo, y aseguró que se volvería a hacer si fuera necesario. Así que nuevamente el BCE da muestras de moverse a un ritmo más lento del que parece demandarse, ya que si bien el análisis financiero puede avalar su actuación, la economía real necesita mayores incentivos monetarios a la hora de que le alcancen los flujos de crédito.

Y respecto a la Comisión, aunque se ha mostrado relativamente satisfecha con los avances de la reestructuración, la realidad es que está trasladando a las entidades financieras españolas su máxima preocupación por la situación del crédito, que sigue sin fluir. Al mismo tiempo, solicita una reforma tributaria en 2014 y trata de tener cerrada la de las pensiones este año. La primera supondrá «bajar» unos impuestos y «tocar» otros; mientras que la segunda tratará de hacer perder poder adquisitivo a las pensiones y promover un sistema de aseguramiento.

*Responsable de Estudios y Análisis de Asinver