Comisión Europea

La tasa Tobin sufre otro retraso y no se aplicará antes de un año

La UE definirá en junio el impuesto, pero los trámites frenan su aprobación. Recaudaría más de 37.000 millones

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ayer, con su homólogo británico
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ayer, con su homólogo británicolarazon

La tasa sobre transacciones financieras en Europa, conocida como «tasa Tobin», sigue sin definirse y vuelve a acumular retrasos. Desde que la Comisión Europea propuso su creación en 2013 –con fecha para su aprobación a finales del año pasado–, se espera que el próximo mes de junio los once estados miembros que trabajan en ella, entre los que se encuentra España, acuerden su definición.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconocía tras la reunión con sus homólogos europeos en Bruselas, el Ecofin, que las negociaciones han logrado un «avance importante». «Hubo un cierto avance y esperamos en junio ya prácticamente tener una definición del impuesto con posiciones completamente coordinadas y comunes para que entre en vigor lo antes posible», explicaba.

Ya en enero de este año, los estados miembros decidieron dar un impulso a la misma. Portugal y Austria cogieron las riendas de los grupos de trabajo. España, Italia, Francia o Alemania están empujando para que en 2016 se pueda poner en marcha en una primera fase. Eslovenia, Austria, Portugal, Eslovaquia, Grecia, Estonia y Bélgica son el resto de países implicados.

Según explicaba De Guindos, los titulares de la cartera de Economía a de los once países celebraron el lunes un encuentro sobre el tema, aprovechando su estancia en Bruselas para las reuniones del Eurogrupo y el Ecofin. Consiguieron alcanzar al menos acuerdos sobre cómo aplicar los principios de residencia y emisión en la definición de la tasa Tobin.

España podría ahorrar 5.000 millones de euros al año, según los cálculos preliminares de la CE. Los cálculos se realizaron en función de la contribución al PIB de los once países que crearán la tasa. En el caso español es de alrededor del 14,05%, con lo que su recaudación oscilaría entre los 4.000 y 5.000 millones anuales. En el caso de Alemania, que aportaría el 30,57% al PIB de los once, podría ingresar hasta 11.000 millones.

Francia podría recaudar hasta 7.500 millones e Italia, hasta 6.600 millones al año con la creación de la tasa Tobin. Gravar las transacciones financieras con el 0,01% llevaría a la Unión Europea a recaudar más de 37.000 millones de euros anuales. Este impuesto fue propuesto en 1971 por el premio Nobel de Economía James Tobin, en un principio para gravar los movimientos de divisas, aunque busca ampliarse a todo tipo de operaciones financieras.

El calendario para aprobarla, sin embargo, parece que volverá a sufrir más retrasos. Principios del año que viene ya no parece tan factible si ya sólo el acuerdo de la definición final se prevé para junio. Desde su aprobación hasta su entrada en vigor transcurrirían entre seis meses y un año, según afirmaba De Guindos, aunque restaba importancia a la fecha para su puesta en marcha. «Lo fundamental no es cuándo entra en vigor, lo fundamental es que lleguemos a un acuerdo, y se ha hecho un avance importante en ese sentido», dijo.

Son muchos los detractores de este impuesto, por considerar que podría desacelerar la inversión e impedir en cierta medida el crecimiento económico, con un impacto negativo sobre el PIB. Sin embargo, también tiene adeptos. Sus defensores reconocen los ingresos fiscales adicionales que los Estados pueden obtener, así como una mayor estabilidad al sistema, que evitaría ataques especulativos.

La patronal europea Business Europe envió a principios de año una carta a los ministros de Economía europeos argumentando que este impuesto «amenaza con socavar la inversión». «Teniendo en cuenta las claras pruebas del peligro potencial de una tasa a las transacciones financieras para la inversión, el crecimiento y el empleo, les instamos a retirar la propuesta», añadían.

Los ministros desbloquearon al menos la situación en la que se encontraba el trabajo técnico para que las delegaciones implicadas avancen. El ministro de Austria presentaba a sus socios un abanico de posibilidades para poder ir cerrando el camino hacia el consenso.