Inflación
Lean nuestros labios: no llegamos a fin de mes
La vida se nos ha encarecido casi un 20% en tres años y el salario medio más frecuente no se ha movido desde 2018
El fin último de la política es el bienestar común. Sin embargo, para quienes realizan ingeniería social a cuenta del bolsillo ajeno, cobrando por ello suculentos sueldos que pueden llegar a ser vitalicios, esta máxima es papel mojado. Por eso estamos donde estamos: empobrecidos y tirando sin parar de los menguantes ahorros en el caso de que dispongamos de ellos.
La subida de precios se modera un 0,3% en febrero sobre enero gracias al viento. Con ello, la tasa interanual baja seis décimas hasta el 2,8%. Con estos datos, los precios se habrían encarecido un 18,5% desde marzo de 2021. Por redondear, a la espera del próximo mes, la vida se nos ha encarecido casi un 20% en tres años.
Eso en el hipotético caso de que solo hayamos tenido que hacer frente a gastos corrientes, porque si se ha afrontado la compra de una vivienda o de un automóvil, habremos notado que la inflación en según qué productos de primera necesidad –hoy en día, un lujo- es muy superior. Y es que una vivienda tres habitaciones de en un barrio periférico de clase media de Madrid, con piscina común y una plaza de garaje, supera los 600.000 euros a día de hoy (precio real y actualizado) y los 700.000 euros en zonas más céntricas. Este rango de precios de la vivienda no se veía desde 2006, en el pico de la burbuja inmobiliaria , y van camino de ser rebasados ante la escasez de obra nueva.
Todo ello con sueldos cada día más raquíticos. Y es que por mucho que la ministra Díaz asegure que el sueldo medio en España está en los 1.500 euros, lo cierto es que el salario modal, (el que tuvo mayor frecuencia, con 563.384 asalariados), se situó en torno a los 18.503 euros anuales, si bien hubo otro también con elevada frecuencia (560.327 asalariados), que fue de 16.487 euros. En cualquier caso, según el INE, el salario medio más frecuente no se ha movido desde 2018, mientras los precios se han desbocado.
Normal que nos hayamos comido 23.200 millones en ahorros en cuenta en 2023, según el Banco de España.
Algo no marcha bien cuando a casi nadie, salvo a los políticos, les alcanza. Hace falta subir los sueldos tras más de un decenio de sequía, para incentivar también la productividad, y reducir las políticas de gasto público a lo bestia y, con ello, los impuestos.
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