Sistema económico

Niño Becerra, economista: "Entre los jóvenes el ideal democrático se ha perdido y esto es muy importante"

El experto indica como la acumulación de riqueza que impera en la actualidad y el problema que existe con las nuevas generaciones

El economista Niño Becerra se pronuncia sobre la situación económica
El economista Niño Becerra se pronuncia sobre la situación económicaLa Razón

El futuro que afrontan los jóvenes en España se perfila cada vez más como un camino lleno de obstáculos estructurales que dificultan seriamente alcanzar la emancipación y la estabilidad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el salario más habitual entre los trabajadores en 2024 fue de apenas 15.575 euros brutos al año, una cifra que se aleja significativamente de lo necesario para afrontar los costes de vida en las grandes ciudades. Esta precariedad salarial penaliza especialmente a la juventud, que ya cuenta con menos ahorros y contratos más frágiles, complicando cualquier plan de independencia económica.

El panorama se agrava aún más con la situación del mercado inmobiliario. Según los datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, en el tercer trimestre de 2025 el precio medio del metro cuadrado se situó en 2.153,4 euros, un aumento del 12,1% respecto al mismo periodo del año anterior, fijando nuevos máximos históricos que también repercuten sobre el mercado del alquiler. Con estos valores, acceder a una vivienda en propiedad resulta prácticamente inviable para quienes disponen de sueldos modestos, mientras que el acceso al alquiler también se convierte en una carga difícil de asumir. Esta escalada de precios deja a muchos jóvenes en una posición de dependencia prolongada respecto a sus familias.

En este contexto se entiende por qué la edad media de emancipación juvenil en España supera ya los 30 años según Eurostat, lo que retrasa el inicio de proyectos personales e impide una estabilidad que otras generaciones pudieron alcanzar antes. El aumento del coste de vida unido a la escasa capacidad adquisitiva impulsa un desapego creciente hacia el sistema entre muchos jóvenes, que ven sus expectativas reducidas y su confianza en la posibilidad de construir un futuro estable cada vez más debilitada. La sensación de estancamiento se extiende como un sentimiento colectivo difícil de revertir.

El principal problema de los jóvenes en la actualidad

Niño Becerra, economista referencia en el sector y catedrático en estructura económica, analiza el cambio que ha sufrido el sistema económico actual y las nuevas generaciones en el programa La Ventana de la Cadena Ser. "Lo que está sucediendo ahora es algo semejante a lo que sucedió entre 1815 y 1870. Entonces se produjo una acumulación de capital y ahora se está produciendo una acumulación de riqueza", comienza explicando el experto en su intervención en el programa de radio. Por ende, esta evolución que sufrió la economía dio lugar a un periodo de inestabilidad que terminó por cambiar el paradigma de forma total.

"Entre los jóvenes, esto es muy importante y pondré un ejemplo, el ideal democrático, por llamarlo de alguna manera, se ha perdido", sentencia. Mientras que décadas antes, sobre todo, a raíz de la transición, la democracia era considerada como un factor inamovible, en el presente ha perdido cierto valor. "En una encuesta realizada por la Generalitat de Cataluña, el 1% de los jóvenes, perdón, uno de cada cuatro jóvenes entre 16 y 25 años no considera importante la democracia", referencia el profesional de la economía. Factores como la corrupción, el aumento sucesivo del coste de vida y el entorno laboral hacen que la democracia pierda parte de su esencia.

Las nuevas generaciones han cambiado de paradigma

"Entonces, si esto lo juntamos con el hecho de esta acumulación de riqueza y capital que se está produciendo, porque cada vez se necesita más capital para estar en la cresta del proceso tecnológico, lo que da lugar a más riqueza y la situación de marginalidad a la que están yendo los jóvenes", confirma. Becerra señala la preocupación que causa en la percepción general el estado en el que se encuentran los bolsillos de los más inexpertos. "Yo creo que lo que pasa es que hoy las revoluciones no están de moda. Es decir, no estamos en 1865", concluye.