Empeoramiento

La pobreza extrema crece desde 2020 y los españoles con carencia material severa llegan al 8,1%, el doble que en 2007

El 17,1% de los españoles declara no poder mantener una temperatura adecuada en su vivienda y el 5,4% afirma carecer de recursos suficientes para comer carne o pescado cada dos días

Colas del hambre con carritos de bebés junto a la parroquia de San Amaro para recibir alimentos.
Decenas de personas esperando junto a la parroquia de San Amaro, en Madrid, para recibir alimentos el pasado veranoCristina BejaranoLa Razón

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado hoy mismo que el PIB español creció un 0,5% en el segundo trimestre. Un dato que, a priori, refleja un enriquecimiento de la economía nacional que, sin embargo, no se refleja en las domésticas. Porque a pesar de este avance y de la mejora estadística del empleo, la realidad es que cada vez hay más españoles en situación de pobreza. Una de cada doce personas en España (8,1%) sufría en 2022 carencia material severa, más del doble que antes de la crisis financiera (3,5% en 2007) e incluso un punto por encima de la cifra de 2014 (7,1%), la más alta registrada hasta ese momento desde que el INE comenzó a realizar la Encuesta de Condiciones de Vida en 2004. Por tanto, según datos del INE analizados en "Focus on Spanish Society", publicación editada por Funcas, todas las ganancias de este indicador entre 2014 y 2019, quinquenio en el que la carencia material severa se redujo del 7,1% al 4,7%, se "perdieron" en 2020 (7%). A pesar del crecimiento del PIB y del empleo, Funcas señala que la carencia material severa ha seguido aumentando entre 2020 y 2022, situándose por encima de los niveles prepandémicos.

La tasa de carencia material severa determina el porcentaje de la población que carece, al menos, de cuatro ítems de una lista de nueve bienes y actividades cuyo acceso se considera hoy en día esencial para el bienestar individual. Se trata de un indicador de vulnerabilidad grave, cuyo análisis cobra especial importancia en un contexto de crisis sucesivas y fuerte aumento de la inflación, según explica esta fundación.

Uno de los conceptos incluidos en el indicador de carencia material es la capacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada. En este aspecto existen diferencias notables entre los 27 países de la Unión Europea, según los datos de Eurostat. Con un 17,1% de su población que declara no poder mantener una temperatura adecuada en casa, España se sitúa por encima de la media europea (9,3%). En países como Austria, Suecia y Finlandia la proporción de personas afectadas por este problema es inferior al 3%. En cualquier caso, Funcas explica que hay que mencionar que en casi todos los países europeos este indicador empeoró entre 2021 y 2022. Mientras que en España aumentó en tres puntos porcentuales, los incrementos más significativos se observaron en Rumanía, Francia e Irlanda.

Alimentación

La fuerte subida de los precios de los alimentos desde 2021, agravada por la guerra en Ucrania, también puede haber afectado seriamente a los hogares más vulnerables. Sin embargo, en esta dimensión de carencia material, España registra datos más positivos, según asegura Funcas. En 2022, el 5,4% de la población afirmaba no poder permitirse carne, pollo o pescado al menos cada dos días, proporción superior a la de 2021 (4,7%), pero significativamente inferior a las observadas no sólo en muchos países de Europa del Este, sino también en Alemania (11,4%), Grecia (10%), Francia (9,5%) e Italia (7,5%).

Profundizando en los datos españoles, se aprecian diferencias considerables entre las comunidades autónomas. Mientras que alrededor de una quinta parte de la población de Extremadura (23%), Andalucía (21%) y Murcia (20%) declaraba en 2022 no poder mantener su vivienda a una temperatura adecuada, estas cifras se situaban por debajo del 10% en Castilla y León, País Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón. Estas últimas regiones son también las que salen mejor paradas si nos centramos en las personas que pueden procurarse una comida con carne, pollo o pescado cada dos días. Las diferencias en este ítem son aún más pronunciadas que en la capacidad para mantener el hogar a una temperatura adecuada. Así, la tasa más alta (Canarias: 11,9%) es seis veces mayor que la más baja (Aragón: 1,9%). En ambos indicadores, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla presentan los peores resultados.