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Opinión

Sánchez, Franco, el apagón y los robos

Tenemos un problema con el suministro eléctrico y con los robos que afectan a sectores estratégicos como el transporte o el campo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez EUROPAPRESS

Después de escuchar un poco, lo justo, a Sánchez ayer, he llegado a la conclusión de que el culpable del apagón es Franco; puede que incluso un poco también Primo de Rivera (el padre) y los políticos que se alternaron al frente del gobierno durante el reinado de Alfonso XIII. Y es que, si Franco hubiese construido muchos más pantanos dedicados a la producción de electricidad, ahora mismo la mayor parte del suministro de luz estaría cubierto por esa vía. Pero, como no lo hizo, la culpa es suya. Claro que este argumento valdría también para todos los jefes del Gobierno que en España han sido desde la democracia, hasta llegar por supuesto, al marido de Begoña. Ironías al margen, la realidad es que tenemos un problema con el suministro de energía eléctrica, que todavía se debe mantener, a tenor de lo que vamos conociendo cada día que pasa; además, seguimos sin explicaciones de las causas del corte.

Y, llegados a este punto, tengo otras dos consideraciones que hacer. La primera se refiere a los fallos en las telecomunicaciones durante el apagón. ¿Acaso sería mucho pedir que los operadores de telefonía móvil y de datos dispusiesen de generadores en muchos puntos de su red, que entrasen en funcionamiento en caso de que se registre otro corte de suministro eléctrico? En mi ignorancia daba por hecho que sería así, pero, por lo visto, no lo es, y, si se va la luz, se marcha también la posibilidad de comunicarse por estas vías. La otra consideración se refiere a los problemas en las comunicaciones ferroviarias debido al robo de cables de cobre. En el campo se viene sufriendo este problema en las instalaciones de riego desde hace muchos años. Está claro que no se puede poner una pareja de la Guardia Civil cada 100 metros, pero es evidente que los que roban tampoco son tantos y, sobre todo, los que compran ese cobre sustraído son muy pocos. Creo que las fuerzas del orden tienen localizados a la mayoría. Lo único que hace falta es cambiar la Ley para que, cuando son detenidos, no entren por una puerta y salgan por la otra. ¿Acaso no se puede incluir en el Código Penal un agravante en el que se aumente la multa o la pena cuando el robo tenga consecuencias para sectores estratégicos?