Automóvil

Un 52,5% está en contra de prohibir los diésel

El 45,5 por ciento de los españoles no cree que los vehículos de gasoil contaminen más que los de gasolina.

El porcentaje más alto que no está dispuesto a pagar más por un combustible que contamine menos se encuentra entre la población de mediana edad
El porcentaje más alto que no está dispuesto a pagar más por un combustible que contamine menos se encuentra entre la población de mediana edadlarazon

El 45,5 por ciento de los españoles no cree que los vehículos de gasoil contaminen más que los de gasolina.

¿Gasolina o diésel? Es la eterna elección a la que deben enfrentarse todos los compradores de coches en España. Ante la incertidumbre de tener que elegir entre el precio de la gasolina o del diésel, los conductores solían posicionarse del lado del segundo por ser sensiblemente más barato que la gasolina. Sin embargo, en los últimos años, los precios de ambos combustibles han llegado a igualarse e incluso ha habido momentos en los que el diésel ha llegado a ser ligeramente más caro. Pero el precio no es el único factor a tener en cuenta, ya que el nivel de contaminación producido por uno u otro es un argumento de peso para tomar una decisión. Por ello, ¿somos los españoles más de diésel o de gasóleo?

Un 45,5 por ciento de los encuestados no cree que los vehículos diésel contaminen más que los de gasolina. Alemania es uno de los países punteros con respecto a la prohibición de los vehículos de diésel, después de que el Tribunal Administrativo del país decidiera permitir, a todas las ciudades, vetar la circulación de los coches con este tipo de motor. Los encuestados se posicionan en contra de esta prohibición, ya que un 52,5 por ciento no está de acuerdo con la inhabilitación de los motores diésel, así como un 51,5 por ciento que no está a favor de que sean los ayuntamientos los que puedan dictar la citada prohibición.

Si bien es cierto que el precio de la gasolina y del diésel han variado en estos últimos años, los españoles no estarían dispuestos a pagar un combustible un poco más caro con el fin de contaminar algo menos: un 52,5 por ciento se niega a valorar esta posible alternativa.