Opinión
Vietnam, ¿la nueva Corea?
Surgen por doquier potencias emergentes. Sorprende que Vinfast, el fabricante vietnamita de vehículos eléctricos, se convirtiera, aunque fuera unos días a finales del pasado mes, en la tercera más valiosa del mundo tras Tesla y Toyota
El mundo siempre fue multipolar. Sin ir más lejos, la expansión del Imperio Español se fraguó no solo tras derrotar al moro, a los berberiscos y frenar la expansión otomana en la monumental batalla naval de la lejana Lepanto, allá en las tierras griegas. Tampoco tras conquistar el imperio azteca o el inca. Los castellanos tuvieron también que pelear contra siameses, caciques filipinos y polinesios varios en una expansión asiática menos conocida, pero igualmente apasionante, que llevó al Imperio a controlar desde América y hasta antes de ayer las Filipinas, Guam, las Carolinas y partes de Nueva Guinea, Siam y Borneo. Tantas vueltas se dieron los españoles por el Mar del Sur que hasta fueron los primeros europeos en arribar a la actual Nueva Zelanday en reclamar, con escaso entusiasmo, la propiedad de Australia del Espíritu Santo. Así, desde la Conquista, el mundo fue uno. Interconectado por flotas y galeones para siempre, como hoy, con el 85% del comercio mundial surcando los mares, como ha demostrado el embudo del Canal de Panamá.
En este mundo, como antes, resulta ridículo centrarnos en una o dos potencias. Ni EE UU ni China son nada sin el resto. Ni siquiera con Europa de su lado. Surgen por doquier potencias emergentes, como India o Brasil, pero también grandes sorpresas como Bangladés, Nigeria o la misma Vietnam. De hecho, sorprende que una firma automovilística vietnamita se convirtiera, aunque fuera unos días a finales del pasado mes, en la tercera más valiosa del mundo tras Tesla y Toyota. El asalto de Vinfast, el fabricante vietnamita de vehículos eléctricos, fue tan fugaz que sus acciones se han desplomado a los niveles previos en dos semanas. ¿Fue solo un espejismo? Aunque habrá que ver si Vinfast es un embrión del desarrollo y la apertura o un monopolio tutelado y dopado por el régimen comunista, es cuestión de tiempo que Vietnam se convierta en otra Corea del Sur, con un meteórico crecimiento y una transformación vertiginosa de un país agrícola en una potencia tecnológica y formativa, partiendo también de un régimen dictatorial. Con tres veces más de territorio y el doble de población, casi 100 millones, la Cochinchina está cada día más cerca.
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