Clara Sanz tiene muy presente el día en que una multinacional le comentó que su instalación en España dependía de los mecatrónicos que hubiera en nuestro país. Por eso cree que el reto es formar a las personas para los puestos que demandan las empresas. Hoy, el Congreso aprueba una nueva ley de FP y eso significa que toda la formación será dual y que nadie tendrá un título sin haber pasado por una empresa. Ahora la FP cuenta con una financiación histórica: 2.200 millones más los 5.500 previstos para desarrollar la ley.
Hasta ahora se decía que a más formación, menos desempleo y que un universitario, en épocas de crisis, encontraba trabajo antes que una persona con menor formación. Si esto es lo que dicen los estudios, ¿por qué se insiste tanto en que los alumnos estudien FP?
Eso era así antes, pero el mercado laboral ha cambiado y estamos en un modelo económico que afecta a todos los sectores y a todas las empresas, cambia la organización del trabajo y los perfiles profesionales y el funcionamiento del mercado laboral. Lo que antes funcionaba, ya no. La realidad económica y social es distinta y no podemos seguir haciendo lo mismo para una realidad diferente. En nuestro país veníamos de una sociedad en la que ir a la universidad funcionaba como ascensor social. En las anteriores generaciones ha funcionado pero ahora ya no. Las empresas ya han entendido que la persona que mejor desempeña un puesto de trabajo no es la que más formada está, sino la que está formada para aquello que se requiere en ese puesto de trabajo. Esto ha provocado que, al final, haya muchos titulados universitarios que hacen FP después para entrar en el mercado laboral.
¿Le llegan quejas de empresas que no encuentran a trabajadores cualificados?
Efectivamente, las empresas nos trasladan que, frente a un desempleo juvenil muy alto, no encuentran profesionales que necesitan para cubrir puestos de trabajo. En España falta gente de cualificación intermedia. La FP es el elemento motor del bienestar, de la empleabilidad y productividad de las empresas. Si no conseguimos transformar la situación que tenemos, las empresas no encontrarán profesionales.
¿Qué puestos de trabajo se demandan y no se cubren?
No hay electricistas, ni mecatrónicos, ni especialistas en ciberseguridad, ni en paneles solares...Se necesitan profesionales tanto en los sectores tradicionales como en los emergentes, por eso estamos haciendo un esfuerzo en actualizar las titulaciones.
¿Llegaremos a situaciones como la de Alemania, donde el grueso de alumnos estudia FP?
Confío en que sí porque de eso depende el crecimiento económico del país, la permanencia de las empresas y si tu no aportas capital humano que esté bien formado no puedes aprovechar todas las oportunidades que van a venir ahora con la digitalización y la sostenibilidad, que van a hacer desaparecer muchos empleos (los de baja cualificación), pero van a generar otros y para eso necesitamos tener personas formadas. Nos jugamos el bienestar económico y social.
¿La FP es una puerta abierta al empleo?
Completamente. Ya lo es y lo será más. Hasta hace año y medio en Europa hablábamos de que el 50% de los puestos de trabajo serían para gente de cualificación intermedia. Ahora ya estamos hablando de que el 60% de los puestos de trabajo requerirán una FP. En estos momentos, de cada 100 jóvenes que están en desempleo solo 17 tienen una titulación de FP. El otro 83% o tienen otra titulación o no la tienen.
Entonces, lo que hay es un desajuste entre la formación y las necesidades de las empresas...
Eso es, hay un desajuste entre la formación y las necesidades de los sectores productivos. Tenemos que arreglarlo y eso pasa por ampliar la FP pero no solo para los estudiantes, también para los trabajadores porque los cambios son tan rápidos que a uno ya no le vale con la formación inicial que ha tenido, sino que tiene que estar constantemente formándose si quiere mantenerse empleable: unos porque su puesto de trabajo va a desaparecer y otros porque, manteniendo el puesto de trabajo, las tareas van a ser tan distintas que o se forman o dejan de ser empleamos. Necesitamos que la FP sea a lo largo de toda la vida laboral y esa es la idea de la nueva ley, convertir en un único sistema integrado la formación y hacerla accesible.
¿Y cómo es posible hacer eso?
Ahora de lo que se trata es de que la formación se adapte a la persona de tal manera que cada uno, en cualquier momento pueda encontrar la formación que le viene bien y necesita. Una persona de 45 años que está trabajando no le puedes plantear una formación de 1.000 horas. El sistema te va a permitir ir acumulando formación al ritmo que permiten las circunstancias de cada uno y formarte en cosas específicas para ser empleable.
La nueva ley de FP prevé que todos los alumnos de la FP dual cobren a la vez que estudian en las empresas y se sustituyan becas por contratos. ¿Esto puede ser un elemento disuasorio para las empresas?
La FP intensiva sí va generar relación contractual y habrá un contrato de formación que se está debatiendo en el Ministerio de Trabajo, pero habrá un periodo transitorio hasta el 2028 para sustituir becas por contratos.