
Opinión
¿En qué momento nos hemos vuelto tan malos tomando decisiones empresariales?
Jeppe Rindom, CEO y cofundador de Pleo

Hoy en día, tomamos decisiones constantemente. En Europa existen más de 30 millones de empresas que emplean a más de 150 millones de personas. Si consideramos que una persona toma de media entre 30.000 y 35.000 decisiones al día, y que la mitad de ellas están relacionadas con su trabajo, eso significaría que en los lugares de trabajo europeos se toman cada día entre 2 y 3 billones de decisiones.
La cifra puede parecer descomunal, pero no debería sorprendernos. Como fundador, sé por experiencia que los negocios se sostienen en decisiones, desde las más pequeñas hasta las estratégicas. Sin embargo, lo que me preocupa es que, según una nueva investigación de Pleo, ya no somos tan buenos tomándolas.
Así que la primera pregunta que debemos hacernos es, ¿por qué es tan difícil tomar decisiones? El 58 % de los responsables financieros afirma que está tomando más decisiones de alto nivel que hace un año. Y no solo es el número lo que plantea un problema, sino también su creciente importancia. Ya sea por presiones empresariales, por el clima geopolítico, por factores macroeconómicos o por la necesidad de hacer más con menos, las decisiones que los líderes deben tomar son más determinantes que nunca.
Sin embargo, las condiciones para tomarlas están lejos de ser ideales. Según el estudio, los profesionales financieros no confían plenamente en el 41 % de las decisiones que toman, y solo un tercio se siente completamente seguro al decidir en tiempos de incertidumbre económica.
Y lo que es peor aún, muchos líderes ni siquiera las están tomando. La mitad reconoce sufrir lo que se conoce como decision freeze (parálisis ante las decisiones), es decir, tienen tantas decisiones importantes que acaban por no tomar ninguna.
Todo líder debe aceptar que no todas las decisiones van a ser las correctas. Pero no tomarlas crea un nuevo tipo de problema, un vacío de liderazgo que puede poner en serio riesgo los ingresos, el crecimiento y la salud financiera de la empresa.
Lo que necesitan los responsables de la toma de decisiones es contexto (datos) y una cultura empresarial que fomente la confianza y agilidad a la hora de decidir. Según nuestra investigación, más de la mitad de los responsables de la toma de decisiones afirman que su capacidad para decidir se ve afectada negativamente por la falta de contexto. Esto puede ser letal para una toma de decisiones segura, y las empresas no pueden esperar acertar cuando operan a ciegas.
Es ahí donde entran en juego las plataformas. Y es que, gracias a su capacidad para centralizar datos, son una gran forma de resolver este problema. Pero las herramientas verdaderamente transformadoras combinan esa centralización con visibilidad.
No obstante, por muy buenas que sean estas herramientas para aportar contexto, disponer de buenos datos no es suficiente si la cultura empresarial no acompaña, los líderes deberían investigar qué causas existen detrás de la falta de confianza. Consultar a su equipo para identificar los principales bloqueos puede ayudar a construir una hoja de ruta hacia una empresa más decidida y segura.
Este enfoque dual, invertir tanto en el contexto como en la cultura que rodean la toma de decisiones, puede ayudar a las empresas a transformar su nivel de confianza y a actuar con decisión cuando más se necesita.
Pero recuerda, es fundamental encontrar la herramienta adecuada, aquella que facilite una toma de decisiones informada, ágil y basada en datos. Casi la mitad de los directores financieros (41 %) no cuenta con información suficiente sobre los gastos de su empresa como para asegurarse de que las inversiones realmente generen oportunidades y no se conviertan en riesgos.
Este dato demuestra la importancia de disponer de una fuente central de verdad financiera, es decir, una herramienta que concentre y organice todos los datos económicos relevantes en un solo lugar.
Por experiencia propia, puedo decirte que no todas las decisiones que tomes serán las correctas. Pero lo peor es no tomarlas en absoluto. La falta de decisiones puede minar gravemente tu negocio. Y aunque el sueño de todo responsable sea tener un 100 % de confianza en sus decisiones, eso no es posible. Sin embargo, tenemos un excelente sustituto, los datos.
Tus decisiones quizás no siempre sean las acertadas, pero si están basadas en datos, es difícil equivocarse demasiado. Además, cualquier aprendizaje se retroalimenta en los datos, enriqueciendo aún más el conjunto del que se parte.
Así que sí, elecciones, dilemas, encrucijadas, decisiones, llamalas como quieras, están por todas partes. Pero adoptar una única fuente central de verdad puede ser la decisión que desbloquee todas las demás, además de construir una empresa más segura y eficaz.
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