Coronavirus

Daniel Lacalle: “Hay que sacar la artillería y exonerar al país de impuestos”

Lacalle afirma que hay que liberar a las empresas y autónomos del yugo fiscal para asegurar su supervivencia.

Entrevista a Daniel Lacalle, economista.
Entrevista a Daniel Lacalle, economista.Cristina BejaranoLa Razón

La dimensión de la crisis a la que se enfrenta España y el resto del mundo, reafirma a Lacalle en sus planteamientos: hay que liberar a las empresas y autónomos del yugo fiscal para asegurar su supervivencia. Por eso, califica de «caja de donut» el paquete de medidas de Sánchez.

–¿Considera negligente la actuación inicial del Gobierno frente a esta crisis?

–Desde luego, no ha ayudado nada esta política de comunicación de ir dando píldoras y tratar al ciudadano como un adolescente. Empezaron diciendo que era una gripe y luego han ido introduciendo información. Es normal que la gente no se fíe.

–El presidente del Gobierno da por perdidos tres meses en términos de PIB, pero vaticina una «rápida» recuperación. ¿Es un escenario demasiado optimista?

–Es un escenario que el Gobierno no debería considerar porque no es una cuestión solo del cierre de miles de empresas a corto plazo. Nadie puede pensar que en tres meses va a estar contenido el virus. Pero aunque así fuera, no vamos a tener una temporada turística récord, más bien lo contrario, ni vamos a recuperar la inversión. Las empresas no se van a pasar tres meses de paréntesis y luego a crecer al 12%-14%. El error de diagnóstico es que parte de ignorar la debilidad económica de la que partíamos. En el cuarto trimestre, el país creció por el aumento del gasto público y por las menores importaciones. El segundo error es pensar que esto es un paréntesis, que no va a tener impacto sobre el capital circulante, los balances y la capacidad de inversión de las empresas, y pensar que cuando se recupere la economía vamos a volver a los niveles de consumo previos. La economía de la UE se ha mantenido a flote gracias al sector servicios, que representa el 70% del PIB. Y este sector está siendo cercenado por este proceso. No puedes esperar que la recuperación venga como si esto fuera una simple gripe de la economía.

–¿Le parece suficiente el plan de movilización de hasta 200.000 millones en avales, créditos y liquidez?

–Son medidas orientadas a ese escenario completamente optimista de Sánchez. Medidas de demanda para un «shock» de oferta. La misma receta que en 2009, cuando el desplome diario de cierre de empresas y pymes se cubrió con aumento de deuda, avales y crédito a aquellos sectores que ya tienen de todo y están protegidos por las políticas de demanda. Las medidas están orientadas a proteger a quienes ya lo estaban. Y no se hace nada por las pymes y autónomos, que estos años no se han endeudado, y no tienen grandes activos.

–¿Tendría que haber sacado ya Sánchez toda la munición?

–No te puedes guardar ases en la manga para más adelante. En estas circunstancias, hay que sacar toda la artillería ya. Pero es que no ha sacado nada de artillería. Ha salido a una guerra económica con una caja de donuts. El problema no es ese. Es que a los autónomos no les puedes decir que les vas a periodificar los impuestos. Las medidas aprobadas se anulan todas entre sí dentro del texto. Se dice que se va a flexibilizar el pago de tributos, pero es postergar. Se va a exonerar temporalmente de cuotas e impuestos a pymes y autónomos cuando a lo que te vas a enfrentar en el futuro no es a pérdida de ingresos fiscales, sino al desplome brutal. El Gobierno está pensando que en mayo o junio los ingresos fiscales se van disparar, pero eso no va a ocurrir. Si tus clientes te dicen hoy que no vas a cobrar en lo que queda de año te da igual que te posterguen el pago de impuestos. Las cancelaciones ya no son para abril sino para noviembre.

–Las pymes que van a los bancos se quejan de que el aval cubre solo parte del agujero y que tienen que afrontar con créditos su supervivencia...

–Los avales están basados en la sostenibilidad del negocio. Esto ya lo hemos vivido. La misma receta que los avales de la crisis de Zapatero. Esto no es una crítica al Gobierno, sino a la idea de que todos los problemas de la economía son de demanda o de crédito en lugar de problemas de solvencia.

–¿Cómo se mantiene esa solvencia en estas circunstancias?

–Lo primero, inflar el PIB con medidas de demanda te lleva a prolongar la crisis como desde 2009 hasta 2013. Hay que reconocer que lo que nos vamos a encontrar es un dominó de cierres y quiebras con un impacto enorme en el PIB. Hay que trabajar en dos frentes. Eliminar todos los gastos de presupuesto que son innecesarios en este entorno y aprobar una reducción tributaria generalizada y una eliminación de todos los impuestos que son un escollo a la contratación para mantener el empleo. Eliminar cotizaciones, eliminar las subidas de bases mínimas y máximas, porque no te enfrentas a una caída de ingresos, sino a un cierre masivo de la economía. El país necesita una exoneración de impuestos.

–Eso disparará también el endeudamiento público.

–Bueno, vas a tener todo el apoyo del BCE, así que no es el fin. Con las medidas aprobadas, el impacto en endeudamiento nos llevará al 120% del PIB. Sabiendo que el endeudamiento va a crecer, lo positivo es endeudarte bien para fortalecer y mantener los sectores productivos. Pero para eso, hay que eliminar también toda la espuma del gasto. No se puede pedir una economía de guerra a las empresas y a las familias y mantener el Gobierno en estado de bonanza, porque no se ha eliminado ni un ministerio inservible ni gabinetes ni subvenciones que ahora no pintan nada.

–¿Hay que reformular entonces toda la política económica y presupuestaria para este año y posiblemente el próximo?

–Para empezar, el Gobierno no tiene mejor información sobre qué sectores van a tirar de la recuperación. El Gobierno, el Estado, las administraciones, viven del sector privado, así que lo que hay que hacer es dejar al sector privado que respire. Que las empresas de baja productividad sobrevivan. El Gobierno no puede decidir quién gana y quién pierde, pero sí puede suprimir los escollos que ha puesto.

–¿Podría funcionar una militarización de la producción o la estatalización de sectores estratégicos?

–Sería dramático. La idea de que hay sectores y empresas estratégicas es proteccionismo barato.

–¿Qué le parece el escudo anti-opas en la bolsa?

–Otro parche ridículo. Las empresas se hacen inexpugnables permitiendo que sean más fuertes. Hacerlas más ineficientes con una intervención solo te lleva al desastre.