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Ábalos a Garamendi: «Te lo doy hecho»

La patronal cree que Sánchez ha sucumbido a las exigencias de Podemos. Advierte de que las consecuencias del parón serán «devastadoras» y traerán la «quiebra de empresas y paro a destajo»

La conversación se produjo en la tarde del sábado, minutos antes de la comparecencia de Pedro Sánchez. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, telefoneó al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, para comunicarle que el Gobierno endurecía el confinamiento, paralizaba la economía y dejaba en casa a los trabajadores sin una actividad esencial. Según fuentes de la gran patronal empresarial, el Ejecutivo en ningún momento les consultó sobre una decisión de tanta gravedad y se limitó a informar de su decreto, sin ni siquiera pulsar la opinión de los empresarios: «Antonio, esto te lo doy hecho». Así fueron, aseguran las mismas fuentes, los términos en que se produjo la llamada de Ábalos, que lo hizo en su calidad de ministro integrante del Comité asesor de la crisis y, sobre todo, como número dos del PSOE. El presidente de CEOE, ya muy molestó por el Consejo de Ministros del viernes, rechazó de plano el fondo y la forma. «Garamendi se plantó», indican en la cúpula de la patronal.

Llovía sobre mojado, dado que Antonio Garamendi y toda la cúpula de CEOE se habían enterado por la rueda de prensa televisiva de que el Gobierno declaraba prohibido el despido, con una intervención drástica del mercado laboral, y unas declaraciones de la ministra de Trabajo, la comunista y antigua militante de Comisiones Obreras, Yolanda Díaz, que los empresarios consideran «insolentes y ofensivas». De inmediato, Antonio Garamendi, sus vicepresidentes, Josep Sánchez- Llibre y Miguel Garrido, responsables de las máximas patronales de Cataluña y Madrid, así como el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, se lanzaron en tromba a criticar las medidas. «Se nos ha humillado, esto no se puede hacer así», señalan dirigentes de CEOE. En la cúpula empresarial subyace honda preocupación por el silencio de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, desaparecido en esta crisis, y con quien el propio Garamendi mantenía, hasta la fecha, una buena relación profesional.

En el seno de CEOE cunde un enorme enojo y gran preocupación por las consecuencias letales de estas medidas que, en su opinión, obedecen claramente a las presiones de los sindicatos y, sobre todo, de los ministros de Unidas Podemos. «El gobierno no nos consultó, lo dio todo por hecho», reiteran en el entorno de Antonio Garamendi. Una comunicación que definen «por decreto, orden y mando y sin rechistar». En su opinión, no es tan fácil cerrar de un día para otro las empresas y, como bien señala el presidente de Foment y vicepresidente de CEOE, Josep Sánchez-Llibre, «Esto pone en duda la honorabilidad de los empresarios y traspasa una línea roja». La gran patronal duda de la constitucionalidad del veto a los despidos y estudia con sus servicios jurídicos la presentación de recursos judiciales contra el Real Decreto ante los Tribunales y su tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados.

Las organizaciones empresariales son muy críticas contra Pedro Sánchez: «En lugar de dar un golpe de timón y alcanzar un Pacto de Estado con el Partido Popular sucumbe a las exigencias de Podemos». Así se expresan todos sus dirigentes que critican duramente los postulados de la comunista titular de Trabajo, Yolanda Díaz, en detrimento de las guardianas más ortodoxas del déficit público y descuadre de las cuentas, la vicepresidenta económica Nadia Calviño y la titular de Hacienda, María Jesús Montero. El debate en el Consejo de Ministros es enorme, y los empresarios no entienden la conducta de Sánchez y su rendición ante las exigencias podemitas. «Las consecuencias de estas medidas son devastadoras, quiebra de empresas y paro a destajo”» advierten, tras sin insistir que el diálogo social «está herido», justo cuando era más necesario.

La decisión de endurecer las medidas y parar la economía se adoptó en la mañana del sábado, durante la reunión del Comité de expertos en La Moncloa. A la que se sumó el ministro de Seguridad social, José Luis Escrivá. Según fuentes de la reunión, Escrivá adoptó unas tesis muy radicales, reclamando máximas medidas de urgencia y confinamiento total, en consonancia con las exigencias de Unidas Podemos. Para los empresarios, llama la atención que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no estuviera en esta reunión de tanta trascendencia y que Escrivá, en su día un hombre de talante liberal al frente de la Autoridad Fiscal Independiente, (AIREF), apoye ahora las exigencias de los podemitas. En medios gubernamentales apuntan que su ambición es sustituir a Calviño como número dos económico, dado que esta desea cada vez más retornar a un puesto de alta relevancia en Bruselas.

Además, en las patronales empresariales opinan que la ministra Yolanda Díaz actúa «al renglón de los sindicatos, UGT y CCOO», de la que en esta última ella formó parte muy activa, en detrimento de un gobierno estable y unos presupuestos de coordenadas económicas con la Unión Europea que garanticen también la estabilidad fiscal, sin tocar la reforma laboral. Es lo que piden los grandes empresarios españoles, que viven estas medidas de Pedro Sánchez con «incredulidad y pánico». Así lo afirman dirigentes del IBEX, la CEOE y otras destacadas patronales españolas en este momento de incertidumbre política. Según estas fuentes, los empresarios solo ven ahora mismo una salida al túnel: un gran Pacto de Estado entre el Partido Socialista y el Partido Popular. Pero, advierten, Pedro Sánchez ha optado por lo contrario y las consecuencias serán dramáticas.

En el polo opuesto, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras apoyan las medidas del Gobierno, lo que hace sospechar a los empresarios que ellos sí fueron consultados por el Gobierno. «Una humillación más para romper el diálogo social», dicen en la patronal. Su conclusión es terrible para el futuro económico y laboral del país: «Pedro Sánchez se ha tirado a la piscina sin red y lo pagarán todos los españoles».