Tribunales

Ratificada la condena de 21 años prisión a “Igor el Ruso” por disparar a dos hombres en Teruel

El Tribunal Superior de Aragón niega que se vulnerara el derecho de defensa del ex militar serbio y rechaza declarar nulo el procedimiento como pedía su defensa

Juicio contra Norbert Feher en Teruel
Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, EFE/Antonio GarcíaAntonio GarcíaAgencia EFE

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha confirmado la condena de 21 años de prisión al ex militar de origen serbio Norbert Feher, conocido como “Igor el Ruso”, por disparar a dos vecinos de la localidad turolense de Albalate del Arzobispo, que resultaron heridos, el 5 de diciembre de 2017. Los magistrados rechazan el recurso de apelación interpuesto por su defensa y confirman así la sentencia de la Audiencia de Teruel del pasado 29 de enero, que le condenó por dos tentativas de homicidio y tenencia ilícita de armas y que le impuso, además, el pago de 117.000 euros de indemnización a las dos víctimas y al hospital de Alcañiz por los gastos de la atención sanitaria prestada a ambos.

El abogado de “Igor el Ruso” -que tiene pendiente otro juicio por el asesinato en Andorra de dos guardias civiles y un ganadero días después, el 14 de diciembre, mientras trataba de impedir su captura- solicitó al tribunal la nulidad de las actuaciones al considerar que se vulneró el derecho de Feher a la libre elección de abogado y denunciar que no dispuso de una defensa efectiva por parte del letrado de oficio que asumió su defensa en el procedimiento.

Para la Sala, sin embargo, el ex militar ejerció su derecho a elegir abogado cuando se le ofreció, designando al letrado que -recalca- "según se nos dice en el recurso es quien tiene encomendada su defensa en otras causas pendientes". Asimismo, añaden los magistrados, en ningún momento se le indicó al tribunal que el letrado ignorase su designación ni que el acusado se viera impedido a comunicarse con él. Por tanto, el TSJ de Aragón achaca la queja de la defensa de "Igor el Ruso" a la tardanza del actual abogado, Juan Manuel Martín Calvente, en solicitar al letrado de oficio el cambio en la defensa.

“Si entendió que la actuación del juzgado cercenaba el derecho de defensa del acusado, el letrado actuante debió hacerlo valer en el mismo acto del juicio, pero como acabamos de exponer, no lo hizo. No cabe guardar silencio y esgrimir en la segunda instancia una indefensión que –de haberse producido- él mismo ha consentido con su pasividad”. “La situación de la que ahora se queja la defensa no deriva sino de su propio descuido”, concluye.

La intervención del letrado asignado de oficio -recalca el tribunal- “fue consentida por el acusado -asistido de intérprete- quien nada dijo ni al principio del juicio ni en el momento de hacer uso de su derecho a la última palabra”, cuando “solo manifestó que la gente había estado muy influida por la propaganda mediática”, recuerda.

Además, insiste el TSJ aragonés, el abogado de "Igor el Ruso" se limita a invocar esa supuesta indefensión de su cliente "pero sin explicar y concretar qué pruebas de descargo habría aportado o el modo en que podía haberse planteado la estrategia defensiva".

Y respecto a la esgrimida "escasa comunicación" entre el acusado y su primer abogado, para la Sala "no pasa de ser una mera suposición del letrado firmante del recurso" que, aunque fuera cierta, "no supone la nulidad del proceso que se pretende".

Cuatro disparos con “ánimo de matar”

En la sentencia confirmada ahora se da por probado que en la fecha referida Igor "el Ruso" "penetró, para obtener un ilícito beneficio patrimonial, en la casa de campo" de Manuel A. R. situada en el Paraje Zuera del término municipal de Albalate del Arzobispo, alejada del núcleo urbano en una zona de huertos y campos de cultivo. "Una vez entrada la noche, careciendo la zona de luminosidad artificial, hallándose todavía el investigado en el interior del inmueble", se personaron en el lugar tanto el propietario como Manuel M. G., cerrajero, para reparar la cerradura de la puerta de entrada, que iluminaron con los focos del vehículo.

Una vez llegó a la puerta el cerrajero, “escuchó ruidos procedentes del interior”, por lo que gritó “¿quién anda allí?”, momento en el cual el ex militar "salió al exterior tras retirar la persiana de tiras, portando vestimenta militar así como un arma de fuego en su mano derecha (una pistola marca Beretta). Manuel M. G. se abalanzó sobre él y el intruso disparó un tiro, “con intención de acabar con la vida de Manuel”, que impactó en su codo izquierdo. Ambos cayeron al suelo y “protagonizaron un forcejeo”, hasta que el cerrajero, “exhausto, se apartó marchándose a la carrera del lugar, circunstancia que aprovechó el investigado para realizar un segundo disparo cuyo proyectil no alcanzó a Manuel”.

Después, "Igor el Ruso" se percató de la presencia junto al vehículo del propietario de la vivienda, "lo que motivó, guiado por el mismo ánimo de matar, que disparase, dos veces, en dirección al lugar donde se hallaba el señor, habiendo entre ellos una distancia de más de 50 cm y menos de metro y medio". El proyectil del primer disparo impactó en el coche y el segundo alcanzó a Manuel A. R en el tórax.

Una vez que los dos heridos habían ya abandonado el lugar, el cerrajero a pie y el propietario a bordo de su vehículo, “Igor el Ruso” huyó “amparándose en la oscuridad de la noche y en la condición rústica del terreno, con nulo trasiego de paseantes”.

Feher ya fue condenado a cadena perpetua en Italia por dos asesinatos cometidos antes de desplazarse a España y refugiarse en la comarca turolense de Andorra.