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Junqueras: «Madrid me importa un comino»

ERC da la espalda a Sánchez Los pactos del socialista con Cs y PNV dejan a los independentistas noqueados. La cercanía de las elecciones les obliga a endurecer su discurso

El líder de ERC, Oriol Junqueras, durante la sesión de aperturas de las Cortes Generales, el pasado 27 de junio
El líder de ERC, Oriol Junqueras, durante la sesión de aperturas de las Cortes Generales, el pasado 27 de junioPOOLREUTERS

«Totalmente pillados por el tema catalán». Así define un dirigente de Esquerra Republicana la situación actual del partido tras su voto negativo a Pedro Sánchez en el Congreso. Algo que se decidió en la última ejecutiva, tras consultas previas con el líder encarcelado, Oriol Junqueras, y la fugitiva en Suiza, Marta Rovira. Fuentes de ERC confirman que están cada vez más alejados del PSOE, colocados en evidencia por el presidente de La Generalitat, Quím, Torra, ante el mundo soberanista, al tiempo que contemplan la nula posibilidad de que Junqueras salga de prisión. «Ni indulto ni mesa», admiten los republicanos sobre la reanudación del diálogo para la autodeterminación. Las próximas elecciones en Cataluña, que Torra convocará en cuanto el Tribunal Supremo dicte su inhabilitación, les obliga a distanciarse de Sánchez. Quienes han visitado en los últimos días a Oriol Junqueras en el centro penitenciario de Lledoners le han escuchado una frase rotunda: «Ahora, Madrid me importa un comino».

Todos los dirigentes de ERC insisten, auspiciados por Junqueras y Marta Rovira, en que Pedro Sánchez debe elegir entre Ciudadanos o ellos: «No entramos en el mismo paquete», advierten. Fue el hilo conductor del portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, al votar en contra del decreto de nueva normalidad, que también augura su rechazo a los Presupuestos del Estado. La geometría variable de Pedro Sánchez, asentada en Ciudadanos y el PNV, e incluso con posibilidad de algún pacto con el PP, ha enfurecido a Oriol Junqueras, a quienes los suyos ven ahora noqueado. «Está en combate despacito», dice un dirigente de ERC que le visita a menudo. En medios soberanistas observan la larga mano de Carles Puigdemont desde Waterloo, pese a la fractura del PDECaT. «Puchi aguanta el tipo», reconocen estas fuentes sobre su discurso independentista más sólido que el de ERC por los anteriores acuerdos con Sánchez.

En plena ebullición del mundo soberanista, el análisis es que Puigdemont mantiene un discurso mucho más firme contra Madrid, por lo que en unas elecciones catalanas parte con ventaja. «Se llevará el voto romántico», opinan responsables de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ahora muy distanciados de Esquerra Republicana por su apoyo a Pedro Sánchez. «Nos han engañado en todo», dicen estas fuentes ante el fracaso de un posible indulto a Junqueras o el éxito de la mesa para el diálogo con el gobierno. Aunque desde La Moncloa no se cierran puertas a convocarla en este mes de julio, en ERC son conscientes de su fracaso. La inminencia de las elecciones catalanas les obliga a endurecer su discurso radical, mucho más ante un Quím Torra inhabilitado que lo explotará electoralmente. En el entorno de Torra y Puigdemont confirman que su mensaje será destacar «la indignidad de un tribunal español que condena a un presidente de La Generalitat». La campaña victimista está servida. «Nos deja con las manos atadas», admiten en la cúpula de Esquerra Republicana.

Al tiempo, se muestran críticos con la geometría variable de Pedro Sánchez. «Le sale más barato pactar con Ciudadanos y el PNV», reconocen en ERC.

Todos cuántos hablan con Oriol Junqueras y Marta Rovira han recibido un claro mensaje: «De momento, nada con Sánchez». Así lo enfatizó el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, en el último debate parlamentario dónde exhibió un cambio de discurso, muy distanciado del presidente del Gobierno y sin respaldar el decreto del Ejecutivo. Las cosas adquieren ya otro giro por el acuerdo con Ciudadanos y confirma las sospechas de Moncloa de no fiarse de ERC para apoyar los Presupuestos. De ahí la mirada del gobierno hacia Cs y el PNV, las enormes presiones europeas y empresariales sobre el PP para que Pablo Casado respalde también las cuentas públicas. Algo que, admiten en Génova, rebaja su papel de dura oposición.

Dirigentes y diputados de Esquerra reconocen que Torra, y desde su refugio en Waterloo Carles Puigdemont, les llevan ventaja. «Nos están ganando la partida», admiten estas fuentes. La tremenda crisis económica que se avecina coincidirá con la campaña de las elecciones catalanas y su gestión hará oscilar el voto.

ERC puede asumir el desgaste político de este asunto, mientras Quím Torra erige la bandera de haber recuperado competencias y atribuir a Madrid todas las culpas de la pandemia. La tragedia del coronavirus ha dado un giro al escenario político soberanista. Por un lado, Quím Torra se siente fuerte, esgrime un discurso radical y lidera el independentismo. Su inhabilitación definitiva por el Tribunal Supremo, prevista para finales de septiembre o primeros de octubre, será el eje central del PDECaT, la Crida y la ANC, lo que deja «pillados» a los republicanos.

A pesar de las malas relaciones entre los socios, la fragmentación del voto soberanista, ahora con la irrupción del nuevo Partido Nacional de Cataluña, liderado por Marta Pascal y antiguos diputados convergentes como Carles Campuzano y Jordi Xuclá, les obligará de nuevo a unirse. «Condenados a entenderse», reconocen ambas partes. El desgaste político de ERC se agrava con el estado actual de su cúpula directiva. Oriol Junqueras sigue en prisión sin un próximo horizonte de salir. La número dos, Marta Rovira, permanece fugada en Suiza pero lidera el sector más radical del partido contra Madrid. El vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, está prácticamente amortizado por Quím Torra. La secretaria general adjunta, Marta Vilalta, no controla a las bases y el presidente del Parlament, Roger Torrent, tiene escaso peso político.

El portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián ejerce su papel de «bufonete», a lo que le digan. Y los dos consejeros de ERC en el Govern, Ckakir el Homrani y Alba Vergés, han quedado muy cuestionados por su gestión de la pandemia en las áreas de la tercera edad y la salud catalanas. «Esto nos ha desbordado», admiten los republicano.

Todo ello y el continuo «choque de trenes» de Quím Torra contra Madrid obliga a ERC a un cambio de estrategia. La tragedia del coronavirus refuerza al presidente de La Generalitat y JuntsxCat, mientras Esquerra se desmarca de Pedro Sánchez. Según fuentes del partido, la incertidumbre política provocada por la pandemia impide ya cualquier acuerdo y las presiones de Torra les dejan en evidencia. A su líder, Oriol Junqueras, no le pueden sacar de la cárcel y a quienes están en el Govern, su presidente les deja cada vez más fuera de juego. En esta línea debe entenderse el cambio de discurso de Gabriel Rufián en el Congreso y la opinión mantenida en La Moncloa y el PSOE: «ERC actúa siempre en clave catalana», advierten los socialistas, que planean nuevo escenario de socios hacia los Presupuestos.