El Gobierno de Pedro Sánchez

Agenda de reencuentro

Una «mesa de diálogo» electoralista
Una «mesa de diálogo» electoralistaJesús G. FeriaLa Razon

El pasado 6 de febrero adelantaba LA RAZÓN el documento que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentaría al de la Generalitat, Quim Torra, en su reunión en Barcelona que llevaba por título «Agenda de reencuentro». Ayer el Gobierno dio cuerpo a esta agenda dando un golpe de mano estratégico de envergadura que ha dejado a todos los partidos en fuera de juego. El independentismo noqueado, y la oposición de PP, VOX y Ciudadanos recurrirá al consabido argumento de que lo hace para lograr el apoyo a los presupuestos, olvidando que lo mollar de la situación es desbloquear un conflicto enquistado.

Torra ha tratado de que todo hiciera aguas ante la mesa de diálogo. No le interesa un ápice que haya diálogo y mucho menos un acuerdo. Vive de la bronca y del victimismo. Tampoco la derecha española está por la labor. Que no se cierren heridas es básico para seguir agitando el espantajo del conflicto catalán. Da buenos réditos fuera de Cataluña.

Los independentistas, todos, se habían atrincherado en la petición de amnistía y, sobre todo, en pedir la celebración del referéndum de autodeterminación. Han reclamado por activa y por pasiva, que Sánchez no tenía propuesta para Catalunya y aprovechando el impás en el que se había entrado, el presidente del Gobierno ha dado un vuelco a la situación. Primero, el indulto a los presos del procés se tramitará porque el Gobierno tiene la obligación de hacerlo. Otra cosa, es cuál será el resultado final. Cada cosa a su tiempo. Segundo, la reforma del delito de rebelión, como un ejercicio de adecuar la legislación española a la normativa europea que ha dado varapalos y revolcones continuos. Dirán que beneficiará a los presos, seguro porque las penas se atenuarán, pero beneficiarán también a España que situará su normativa legal en el nivel de Europa.

Pedro Sánchez lleva tiempo lanzando mensajes. Visitó Cataluña y mantuvo un encuentro al máximo nivel en el Palau de la Generalitat, como hizo con Madrid esta misma semana con Agenda de reencuentro la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Convocó contra pronóstico la primera reunión de la mesa de diálogo, y ha intentado una segunda que Torra ha impedido, y ha reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de una «agenda de reencuentro».

Ahora los ha concretado porque hay que superar una situación de enconamiento permanente que no lleva a ningún sitio. Sánchez presentó a Torra está agenda de reencuentro y el presidente catalán la desdeñó. Sin embargo, a pesar de las críticas, el presidente del Gobierno se ha empecinado en construir un nuevo camino para Cataluña. De resultado incierto, seguramente, pero no menos arriesgado que el actual camino que está bloqueado y alimenta el enfrentamiento de los extremos.

Sánchez ha hecho saltar la banca en busca de una solución. La sorpresa del independentismo es mayúscula porque se han encontrado de golpe que el Gobierno de España tiene una propuesta para Cataluña. En la calle Génova, por su parte, han desempolvado el discurso habitual. El presidente del Ejecutivo dijo ya en el año 2018 que era necesario desinflamar para solucionar. Hoy ha dado un paso importante que va a tensionar la agenda política catalana justo cuando se acerca el aniversario del 1 de octubre. En la trastienda, un vasco, un donostiarra, Iván Redondo, ha movido hilos para allanar el camino del reencuentro con Cataluña, pero también con Madrid, porque España no se entiende ni sin Madrid ni sin Cataluña.