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El relato independentista: La falacia del 50%

Doble mito: no existen «elecciones plebiscitarias» y, además, la Comisión de Venecia establece mayorías reforzadas para referéndums de secesión (legales)

Marcha en favor de la independencia de Cataluña
Marcha en favor de la independencia de CataluñaSusanna SáezEFE

Apenas se ha empezado a vislumbrar en el horizonte electoral la fecha de las próximas elecciones autonómicas en Cataluña y el independentismo ha vuelto a desempolvar uno de los mitos fundacionales de su retórica: la idea de que el 50% de los votos a opciones secesionistas justificaría las pretensiones nacionalistas y daría carta de naturaleza a todo el movimiento por la independencia.

Ejemplo de esto mismo es la llamada, esta misma semana, del ya ex presidente de la Generalitat Quim Torra al independentismo a superar el mítico umbral del 50% de los votos en las próximas elecciones catalanas y a prepararse «para el día siguiente».

Así lo manifestó el propio Torra durante el acto «1-O: el mandato sigue vigente» que JxCat celebró en Cornellà del Terri (Gerona): «En estas elecciones, este 50% que debe tener el independentismo, debe ser la oportunidad que el pueblo catalán nos pide. Y preparémonos para el día siguiente de estas elecciones». Ahora bien, incluso en el caso de que esta vez se consiguiera, algo que está aun por ver, ¿tendría alguna significación?

La catedrática de Derecho Constitucional Teresa Freixes no tarda mucho en echar por tierra el relato independentista recordando que no existe nada parecido en derecho a las «elecciones plebiscitarias» de las que se habla en Cataluña. «Sencillamente no hay ninguna regulación en ningún país. Existen elecciones para la formación de órganos y otra cosa son los plebiscitos. En las elecciones se ofrecen opciones ideológicas pero no en los plebiscitos. En estos se preguntan cosas de si o no», explica.

Freixes recalca que la Comisión de Venecia tiene un manual de buenas prácticas para las elecciones y otro completamente distinto para los plebiscitos, precisamente porque son cosas completamente diferentes. «Torra lo quiere llevar a ese terreno diciendo que si todos los partidos independentistas sacan el 50 eso equivale a decir que los catalanes queremos la independencia, pero se trata de una herramienta retórica sin fundamento en la realidad».

Además, la Comisión de Venecia en dos dictámenes sobre Crimea y Montenegro advirtió de que para los temas de especial trascendencia constitucional de un país, y una secesión entra de lleno en esta definición como es lógico, no basta con tener mas de la mitad de los votos. Hace falta mayorías reforzadas como en Canada con un 6o o 70 por ciento de los sufragios. «Esto es así porque si bastara con un 50% de los votos estamos provocando una inestabilidad tremenda porque el pequeño margen puede volver atrás en la siguiente elecciones.

Otro punto fundamental es establecer un número mínimo de votantes que deben participar en el plebiscito ya que si solo vota el 20 y sale el 80% del sí... ¿qué significado tiene esa votación?», concluye Freixes.

El sociólogo Lorente Ferrer llama la atención en un primer momento sobre el hecho de que el independnetismo nunca ha representado el 50% del conjunto de los catalanes mayores de 18 años. «La única mayoría que han logrado es en escaños, dado el feudal modelo de reparto de escaños provincial, que sobredimensiona la representación en las dos provincias más despobladas y dependientes del dinerito de Barcelona; Gerona y Lérida. También las más agrícolas y ganaderas y menos desarrolladas, y dominadas por los independientes más retrógrados».

Mantener vivo el procés

Por su parte, el presidente de Sociedad Civil Catalana, explica que necesidad cubre el independentismo echando mano del mito del 50%: «Ellos mismos saben que la independencia es imposible pero tienen que mantener el ''procés'' vivo. La insistencia en el 50% se entiende al pensar todos los esfuerzos que se están haciendo para relanzar el relato secesionista en el extranjero. Es el dato principal que ellos quieren utilizar en estas tácticas de comunicación a través de lobies etc: es la idea de que el independentismo es mayoritario en Cataluña».

Para Bosch es un hecho probado que existe un «mini estado» detrás del procés. Si logran el 50% se van a sentir legitimados y con esa autoridad moral que ahora les falta para redoblar las tensión territorial en España. «A pesar de la divisiones que existen entre ellos hay un consenso básico del que no se van a mover: mantener el procés porque de el viven 200.000 funcionarios: TV3, Catalunya Radio, y una constelación de asociaciones dedicadas a mantenerlo. Si bajan los brazos y no logran se les puede caer el chiringuito», asegura Bosch.

En cualquier caso el presidente de Sociedad Civil Catalana no es muy optimista en cuanto al futuro próximo de la situación en Cataluña. El problema es que se trata de una lucha sin esperanza que no van a detener: «Saben que no lo van a conseguir pero en el ínterin pueden destrozar España y lograr que se extienda el páramo y la decadencia que ya han conseguido instalar en Cataluña».