Economía

Caos

El Ministerio de Trabajo se inventa la Calle Covid-19 para notificar los ERTE

Después de varios meses sin cobrar la prestación, Sandra, de 31 años, acudió a la oficina del SEPE donde descubrió que las notificaciones las estaban enviando a una dirección inexistente

La carta con la dirección Calle Covid-19 que envió el SEPE a Sandra
La carta con la dirección Calle Covid-19 que envió el SEPE a SandraLa RazónLa Razón

El caos en la gestión de los ERTE por parte del Ministerio de Trabajo está provocando situaciones surrealistas (y también desesperantes) como la que ha vivido Sandra. Esta madrileña de 31 años trabaja en hostelería y desde que comenzó la pandemia, el restaurante para el que lleva prestando sus servicios durante casi una década se vio obligado a llevar a toda su plantilla a un expediente de regulación temporal de empleo. Su fecha de alta en el sistema que ha desarrollado el SEPE (Servicio Público Estatal de Empleo) tuvo lugar el 23 de marzo, sin embargo, no recibió el primer pago hasta julio en el que, de golpe, cobró cuatro meses. Luego recibió un pago único en julio y agosto, pero el problema llegó en septiembre. “

Dejé de recibir los ingresos que me correspondían. Yo ya estaba trabajando al 30 %, por lo que esa cuantía de mi sueldo lo paga mi empresa y el 70% el Estado. Pero no volví a recibir nada. Lo mismo ocurrió en octubre y noviembre. Solicité entonces cita presencial porque el teléfono del SEPE no lo coge nadie y el correo electrónico no sirve para nada. De hecho, cada mañana me levantaba a las 7:45 para llamar sin parar al teléfono al que remiten en la web, pero nada. Así que, a través de la web, me dieron cita para el 28 de diciembre, vamos, como para unas prisas. Además, no indican la documentación que se debe llevar, tan solo que no olvidemos la mascarilla y un boli”, relata la joven con indignación.

Y fue este lunes cuando se llevó la gran sorpresa. A las 12:45, al llegar a la oficina que el organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social tiene en el centro de Madrid, el empleado le dijo que según constaba en su ordenador, habían enviado desde el SEPE una notificación a su domicilio con fecha del 11 de junio donde se le explicaba la situación de su ERTE, el cual había sido aprobado y que, al parecer, todo estaba en orden. “Le expliqué que no había recibido ninguna notificación y que si me habían enviado alguna posterior tampoco me había llegado. Le pedí que me imprimiera una copia de la carta que nunca recibí. Al leerla me quedé alucinada, la dirección a la que me la habían enviado era: calle Covid-19 número 1. No sabía si llorar o reír”, confiesa Sandra.

“¿No tendrá roto el buzón?”

El funcionario que la atendió, evidentemente, “no sabía dónde meterse. Dijo que el problema era mío que, si tenía el buzón roto o que, seguramente, me había cambiado de domicilio y no lo había notificado. Le expliqué que eso es imposible porque llevo 30 años viviendo en la misma casa. Fue muy borde y me reconoció que están saturados, pero no me pidió disculpas ni me dio ninguna explicación de por qué habían puesto esa dirección falsa”. Lo que le aconsejó el administrativo fue acudir a la ventanilla de desempleo para cambiar sus datos y que se aclarara la situación. Sobre el hecho de no haber cobrado las anteriores prestaciones le detalló que, ahora, lo que se está haciendo es pagar a dos meses vista. “Al parecer es algo que hacen desde septiembre, pero nadie avisa y esto es de locos. Yo, por suerte, no tengo hijos ni personas a mi cargo, pero para aquellos que tienen facturas que pagar cada mes no es justo que les hagan los pagos de los ERTE sin un criterio claro. No saber cuándo vas a cobrarlo es angustioso”, reconoce.

Según cuenta Sandra, pese a la confesión del trabajador en cuanto a la gran cantidad de trabajo que tienen, en la oficina solo había cuatro funcionarios a cargo de los ERTE y otro en la ventanilla de desempleo. “Hasta el de seguridad ayudaba a la chica de información para agilizar un poco. Y todo esto por no hablar del programa que utilizan para gestionar los expedientes de regulación temporal de empleo. Cuando el hombre de unos 50 años que me atendió en su mesa me mostró la pantalla del ordenador vi que el programa era lamentable. No constaba ninguna información sobre mí, solo figuraba un pago de 500 euros. Es incomprensible el desastre que tienen”.

Además, el funcionario de Trabajo le dijo: “Señorita, veo además que en julio tiene un fallo en el pago, porque ha recibido más de 2.000 euros. Tuve que explicarle que eran los acumulados de los impagos previos”. Sandra se sintió frustrada “y, además, me dio la sensación de que él mismo se veía como un inútil al no poder explicar lo que estaba pasando con mi caso. Al parecer nadie les informa de cómo deben proceder”. Ahora, la joven tendrá que esperar a la nueva cita que la han dado para abril para asegurarse de que los pagos llegan de manera correcta y en la cuantía apropiada.

“Ya me han dicho que hasta el 10 o el 15 de enero no cobraré lo de noviembre. Veremos si es verdad. De momento el pago de septiembre sigue en el limbo y no me supieron dar ninguna explicación más, ya que aluden en todo momento que todo habría sido problema de mi empresa, lo cual es falso porque sé de primera mano que envían puntualmente y de manera correcta los datos de los trabajadores. La conclusión a la que llego es que el caos que tienen en la gestión de los ERTE seguirá provocando más problemas como el que me ha ocurrido a mí”, lamenta.