Extradición
“Josu Ternera” ve “absurdo” que se le atribuya el asesinato de un directivo de Michelín
El abogado del exdirigente de ETA le desvincula del atentado de 1980, sostiene que los hechos han prescrito e insta a la Audiencia Nacional a archivar la causa
José Antonio Urrutikoetxea, “Josu Ternera”, insiste en que no tuvo nada que ver con el asesinato, en 1980, del directivo de Michelín Luis María Hergueta. Su defensa ha pedido a la Audiencia Nacional que archive la causa -una de las cuatro que el exdirigente de ETA tiene pendientes en nuestro país- al considerar que los hechos han prescrito y que, en todo caso,fue ETA político-militar, a la que no pertenecía Urrutikoetxea, la autora del atentado.
El abogado de “Josu Ternera”, Íñigo Iruin, ha recurrido el auto de procesamiento del exjefe de ETA -acordado en 2004, cuando estaba huido, pero que el juez Santiago Pedraz le comunicó por videoconferencia el pasado día 17-, quien en la actualidad se encuentra en libertad en París con control telemático a la espera de que se resuelva su entrega a España.
En el escrito -al que ha tenido acceso LA RAZÓN-, la defensa de “Josu Ternera”, de 70 años, asegura que “no existe duda alguna” de que el atentado fue cometido por ETA-pm, de la que Urrutikoetxea, insiste, “no ha sido nunca militante”, algo que según él ha provocado “el total fracaso de la instrucción judicial”.
“No es que no haya pruebas de su participación -afirma-, está acreditada su no intervención en el hecho investigado”. “Se está planteando algo tan absurdo como que Josu Urrutikoetxea, miembro de ETA-m participó a título de cooperador necesario o cómplice en un atentado realizado por ETA p-m”. Y hace referencia a un informe policial de 23 de octubre de 1996, incorporado a las diligencias, que constata que el asesinato “fue reivindicado por la organización asesina E.T.A. (P-M)”.
De ahí que apremie al juez Pedraz ha archivar la causa contra él ante el “no solo muy débil sino inexistente material probatorio” existente. “Transcurridos más de 40 años, es inútil postergar en el tiempo una decisión ya pronosticable y dilapidar más energías procesales, personales y económicas”.
Alega prescripción
En todo caso, argumenta, los hechos han prescrito, porque “la primera ocasión en que se dirige el procedimiento” contra “Josu Ternera” es, según defiende, en el auto de procesamiento de 2 de noviembre de 2004, cuando ya habían pasado más de veinte años del atentado.
Sin embargo, la Audiencia Nacional sostiene -una posición refrendada por el Tribunal de Apelación de París al autorizar su entrega por esta causa, que todavía no es firme- que el plazo de veinte años se interrumpió por primera vez antes, el 27 de septiembre de 1996, cuando se reabrió la investigación, lo que da cobertura legal a la orden de arresto internacional contra él de mayo de 2019. Pero para su defensa se trata de “una resolución estereotipada” que no precisa las personas que habrían participado en el asesinato.
Tampoco entiende el abogado de “Josu Ternera” que habría interrumpido el plazo de prescripción la providencia de 3 de enero de 1997 en la que el instructor, accediendo a la petición de la Fiscalía, ordena que se realicen varias diligencias, entre ellas que se aporten a la causa dos fotografías de “Josu Ternera” y del también exdirigente etarra Juan Lorenzo Lasa Michelena, “Txikierdi”.
Para el letrado del exjefe de la banda criminal la resolución no atribuye a Urrutikoetxea “la participación en el hecho objeto de investigación, pues se limita a acordar, entre otras diligencias, que se aporten dos fotografías del mismo” y de Lasa Michelena como “sospechosos de actividades terroristas”.
Reunión con Arzallus en 1980
El abogado se queja de que las investigaciones “no han ido orientadas a averiguar las circunstancias de los hechos, sino que han tenido como finalidad, única y exclusiva, su atribución a Josu Urrutikoetxea, aún a costa de no atender, o ir en contra, de lo que apuntaban los datos que desde un inicio se disponían acerca de la autoría del asesinato”, reivindicado “escasas horas después” por ETA-pm en un comunicado. Un empeño que achaca a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, por “dirigir la investigación de la causa hacia donde no tenía recorrido alguno”.
La defensa de “Josu Ternera” asegura que es un “hecho histórico notorio” que en 1974 en el seno de ETA se produjo una división, naciendo a partir de entonces dos ramas: ETA militar y ETA político-militar. “Ambas continuaban desarrollando actividad armada y violenta en el año 1980”, explica, cuando “también existía una tercera organización armada, los Comandos Autónomos Anticapitalistas”. De ahí que se queje de que en el auto de procesamiento se atribuya el atentado a ETA “mediante una referencia genérica”,
En ese 1974, cuando se produjo la división de ETA -recalca- Urrutikoetxea “formó parte de la dirección de ETA militar”. Y subraya que el año del atentado se reunió, “junto a otros conocidos miembros y dirigentes de ETA-m” como Domingo Iturbe Abasolo y Eugenio Etxebeste, “Antxon”, “con el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xavier Arzalluz”.
Cuestiona los testimonios que le incriminan
Por último, el recurso incide en que “el único sustento, entonces y ahora” contra “Josu Ternera” siguen siendo las declaraciones policiales y judiciales de dos extrabajadores de la planta de Michelín en Vitoria -un matrimonio condenado en 1982 por colaborar con ETA-, quienes cobijaron a etarras en su domicilio entre agosto de 1980 y marzo de 1981 (aunque en el auto de procesamiento consta que lo hicieron desde febrero de 1980). “Es decir, los miembros de ETA militar iniciaron su estancia en esa vivienda con posterioridad al atentado contra Hergueta, aproximadamente mes y medio después de que se cometiera”, destaca.
Esos dos trabajadores de Michelín explicaron que el 5 de mayo entregaron en Bayona (Francia) a “Josu Ternera” y al también exdirigente etarra Juan Lorenzo Lasa Michelena, “Txikierdi”, una revista editada por la factoría “Safen-Michelin” en la que aparecían varias fotografías de Hergueta, que les habían reclamado dos meses antes en otra cita en territorio francés con el objetivo de secuestrarle. Un mes y medio más tarde, el 25 de junio, Hergueta fue asesinado en Vitoria de dos disparos en la nuca tras ser abordado por tres terroristas.
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