Cataluña

La intrahistoria de la candidatura de Salvador Illa

Así se fraguó la carrera electoral en Cataluña del exministro: de la proposición de Iceta a las tres condiciones de Sánchez

-FOTODELDÍA- GRAFCAT8809 BARCELONA 25/2/2021.- El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, presidió hoy la primera reunión celebrada en la sede del partido, del nuevo grupo parlamentario socialista salido de las pasadas elecciones del 14F. EFE/Alejandro Garcia
-FOTODELDÍA- GRAFCAT8809 BARCELONA 25/2/2021.- El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, presidió hoy la primera reunión celebrada en la sede del partido, del nuevo grupo parlamentario socialista salido de las pasadas elecciones del 14F. EFE/Alejandro GarciaAlejandro GarciaEFE

Miquel Iceta llega el 19 de noviembre al Palacio de la Moncloa. Le ha pedido cita al presidente del Gobierno. Lleva meses preocupado por un cualitativo que encargó el PSC para preparar las elecciones y que le entregaron a finales de julio. Los socialistas catalanes pensaban pivotar la campaña sobre el mensaje de cambio y el cualitativo era contundente “Iceta no es el cambio”. La segunda ola del coronavirus provocó que Iceta guardara el cualitativo en un cajón y no lo comentara con nadie en el partido. Solo lo conocía Salvador Illa.

En noviembre no pudo más, entre otras cosas porque las elecciones se acercaban, y pidió la reunión con el presidente. Iceta le explicó el cualitativo al presidente y le dijo: “Deberíamos estudiar la posibilidad de presentar como alternativa a Salvador.

Iceta se sorprendió ante la respuesta del presidente: “Lo he pensado y estoy de acuerdo”. Le puso tres condiciones a Iceta. Una, que no se hiciera pública hasta que los presupuestos estuvieran aprobados para evitar que ERC entrara en crisis y los pusiera en cuestión; la segunda, que estuviera aprobado y fuera público el plan de vacunación, y una tercera, que hubiera pasado su comparecencia anual con los medios. Esa comparecencia tuvo lugar el día 29. La bomba cae el 30.

Cartel electoral de Miquel Iceta
Cartel electoral de Miquel IcetaPSCLa Razón

El ahora ministro de Administración Territorial y Función Pública está convencido de que el presidente Sánchez tenía sus propias informaciones, porque ya en esos días Carolina Darias asumía en comandita con Illa la gestión de la pandemia y el CIS había preguntado la valoración sobre el ministro de Sanidad. Y una sensación, que Iván Redondo y Paco Salazar tenían los datos, la información que validaba su cualitativo.

Illa pide 24 horas

Con la respuesta presidencial se va al Ministerio. Illa le escucha atentamente y le pide 24 horas para pensárselo. Según Iceta, Illa puso cara de palo y “desconozco si le habían llegado campanas desde La Moncloa”. El día 20 le llama y le da el sí al primer secretario del PSC. Cuatro días más tarde el presidente, Illa e Iceta cierran el tema. Illa será el candidato y debe mantenerse en el máximo secreto para romper el tablero, una frase que en La Moncloa todo el mundo le da la paternidad a Iván Redondo.

El 2 de diciembre se pone todo en marcha en un encuentro entre Illa; su jefe de gabinete Victor Francos; Iván Redondo; Miquel Iceta y Paco Salazar. En Barcelona, en el PSC solo es informada la responsable del grupo parlamentario, Eva Granados. Y no fue informada hasta el 10 de diciembre. Nadie más.

En el PSOE tampoco lo sabe nadie. El Club de los Cinco se conjuró para que la información no se conociera. El silencio fue sepulcral. De hecho, el comité de campaña del PSC siguió trabajando en la candidatura de Iceta. Hasta el Consell Nacional fue convocado para ratificar la candidatura del primer secretario pasadas las navidades. Iceta se hace las fotos para los carteles y los carteles se diseñan con el lema “Ahora cambio, Ahora Iceta presidente”. Nunca vieron la luz y “estuve toda una tarde haciéndomelas”.

Iceta no duda en calificar la situación como surrealista, pero era necesaria una gestión de los tiempos para hacer realidad el efecto Illa. Aunque el máximo responsable de los socialistas catalanes se sentía culpable y le decía a su gente: “Tenemos a los nuestros como resignados, hemos de preparar un revulsivo”. El revulsivo ya estaba en marcha, Iceta defendía un cambio y el cambio ya estaba hecho y él estaba de acuerdo.

Frente al “todos contra Illa”

Redondo planificó la campaña hasta el último detalle con Salazar y Francos. Cada día tenía su afán, su mensaje. El objetivo era no perder la iniciativa porque estaba convencido que el resto de las formaciones harían un “todos contra Illa”, como así fue.

En Estados Unidos esto se califica como convertir una elección en un plebiscito. Todo estaba planificado y agendado, incluso su toma de posesión. Y, cómo no, la preparación del candidato en los debates. Miguel Barroso y José Miguel Contreras, el equipo médico habitual de los socialistas en estas cuestiones desde el fiasco de Felipe González con José María Aznar en 1993, tomaron las riendas.

La primera acción de la campaña fue una imagen del niño Illa diciendo “Yo quiero ser presidente”, un remake de la campaña del PP vasco en 2019 con un niño, Antonio Basagoiti, diciendo “Yo quiero ser lendakari”. Esta campaña tiene la firma de Iván Redondo.

El ministro Iceta reconoce que en los últimos días de campaña estaba super sensible y no paraba de llorar por la emoción. Sus mejores datos le daban 27 diputados, algunos trackings de la campaña ponían al PSC con 36, “aunque Iván me decía siempre que 34 era lo máximo que podíamos conseguir. Conseguimos 33 diputados y ganamos en votos”. El PSC no ganaba unas elecciones en Catalunya desde 2008.

El día 30 por la mañana, antes de la filtración, Iceta llama a Nuria Marín, viceprimera secretaria del PSC, a Antonio Balmón la cara visible del Área Metropolitana y algunos dirigentes más. En el PSOE, el presidente Sánchez comunica su decisión a Ábalos, Lastra y Calvo un par de días antes en un almuerzo navideño.

En Ferraz, el día de las elecciones el PSOE hizo una declaración. Más bien parecía un acta de defunción que la valoración de una victoria. A lo mejor algunos esperaban que no se ganara y algo mejor todavía, que el PSC tuviera menos votos que en 2017 porque bajaba la participación. No fue así, el PSC y VOX fueron los únicos partidos que subieron en votos.