Seguridad ciudadana

Los convocantes de la manifestación de Madrid se quejan de que había muchos agentes antidisturbios

Reconocen implícitamente la eficacia policial para evitar alteraciones del orden público

Agentes antidisturbios durante la manifestación del pasado sábado en Madrid Ricardo Rubio / Europa Pres
Agentes antidisturbios durante la manifestación del pasado sábado en Madrid Ricardo Rubio / Europa PresRicardo Rubio

Los convocantes de la manifestación de Madrid del pasado sábado, entre las plazas de Atocha y Cibeles, se quejan en un comunicado conjunto de que había un “despliegue de antidisturbios desmedido” que les impidió llevar a cabo lo que era, en definitiva, un acto ilegal ya que no había sido comunicado a la Delegación del Gobierno.

Los organizadores, entre los que se encuentra el Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR), reconocen, de manera implícita, la eficacia del operativo policial desplegado para evitar alteraciones del orden público, como las producidas el 17 de febrero en los que resultaron heridos varios agentes, entre ellos una policía que fue salvajemente apaleada en una céntrica calle de la capital.

En el comunicado, en el que hablan de “terrorismo policial, señalan que un fuerte cordón de agentes les impidió realizar la marcha, que se cortó el tráfico en el Paseo del Prado y que, al final, algunos de los asistentes fueron identificados por los “esbirros del régimen”.

Anuncian que si el sábado fueron 1.000 (en realidad, 600), en próximas convocatorias serán muchos más “y no pararemos hasta arrancarles nuestros derechos y libertades”.

En medios policiales ha llamado la atención que quienes han acreditado que están dispuestos a alterar la paz ciuadadana pidan que haya menos presencia de agentes de las Fuerzas de Seguridad.

No se puede descartar que lo que está ocurriendo en Cataluña, mediante acuerdos políticos para maniatar la acción de los Mossos d’ Esquadra, este influyendo fuera de dicha Comunidad Autónoma con el fin de señalar a los que se ocupan de defender el orden público como los “malos” y, a los que tratan de alterarlo, como los “buenos” o las víctimas.