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Moreno descarta adelanto electoral en Andalucía tras las elecciones del 4-M

Quiere esperar a reactivar la economía para desactivar a Vox en las urnas

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma MorenoMiguel Ángel MolinaEFE

El rumor de un posible adelanto electoral en Andalucía por parte del presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno, lleva días creciendo, con el pretexto de que de esta manera aprovecharía el viento a favor de la victoria en Madrid de Isabel Díaz Ayuso, si ésta se confirma en las urnas el próximo 4-M.

Pero la realidad es que esta posibilidad no entra bajo ningún concepto en los planes del presidente andaluz, y si hubiera adelanto electoral, sería contra su estrategia y provocado por una disolución inesperada de Ciudadanos que le dejara sin la mayoría de gobierno. Moreno gobierna en coalición con Cs.

El calendario de Madrid, por tanto, corre por su cuenta, y en Andalucía el presidente popular quiere acabar la Legislatura. Allí creen que les viene bien superar la crisis sanitaria y reactivar la economía para desactivar a Vox en las urnas.

El partido de Santiago Abascal vive del descontento por los cierres y las limitaciones. Ir a las urnas sin haber borrado de la memoria colectiva esta hipoteca, provocada por la gestión de la pandemia, «sólo daría alas a la demagogia y al populismo de Vox».

Desde la Junta de Andalucía señalan al PSOE como responsable de instigar las especulaciones sobre un posible adelanto electoral dentro de la guerra interna de Ferraz contra la todavía líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, para desbancarla de la presidencia regional.

Díaz está siguiendo en Andalucía la misma estrategia que siguió Pedro Sánchez en su día para conseguir llegar a la Presidencia nacional del partido: está volcada en la organización provincial, y en visitar cada una de las agrupaciones para ganarse el voto de la estructura orgánica.

El debate sobre un posible adelanto electoral mete presión sobre las agrupaciones para adelantar las primarias y resolver la cuestión del liderazgo del socialismo andaluz.

El fin de 36 años de dominio socialista en Andalucía ha abierto una profunda crisis en el partido. Pero entre elegir la posibilidad de pilar completamente con el pie cambiado al PSOE o desactivar a Vox en la lucha por el voto, el PP andaluz se inclina a día de hoy por la segunda opción.

Desde las organizaciones territoriales del PP, no sólo la andaluza, se ve además con otro enfoque la campaña de Madrid y las consecuencias del resultado de las elecciones.

Consideran que la candidata, Isabel Díaz Ayuso, se mueve en un contexto social, político y electoral que no tiene nada que ver con la radiografía del granero popular en el conjunto del territorio nacional. Y por esto tampoco creen que la victoria de Ayuso pueda proyectarse en el resto de comunidades ni sirva como impulso para el partido fuera de Madrid. Aunque sí reconocen que mantener el Gobierno de Madrid da tiempo y oxígeno a Pablo Casado después del batacazo en las últimas elecciones autonómicas catalanas.

Mientras en Madrid se espera que las elecciones abran una nueva etapa de obligada relación entre PP y Vox, y habrá que ver en qué condiciones, en Andalucía PP y Ciudadanos han cerrado un pacto fiscal con los de Abascal.

Vox y la reforma fiscal

La reforma la registrarán los tres partidos de forma conjunta en el Parlamento de Andalucía, e implica una bajada de impuestos para beneficiar, sobre todo, a las empresas.

Vox se apropió del acuerdo y fue el primero en anunciarlo a través de un comunicado, por lo que el pacto nace con un primer punto de desacuerdo respecto al origen y principal promotor de la iniciativa. Pero el partido de Abascal jugaba con la ventaja de que sus votos son imprescindibles para que salga adelante esta reforma fiscal.

El PP andaluz ya pactó con Vox la investidura de Juan Manuel Moreno. Y los Presupuestos de los tres últimos ejercicios. La relación del PP con la parte naranja del Gobierno también es fluida, a diferencia de lo que ocurría en el Ejecutivo de Madrid. Moreno mantiene una estrecha confianza con el vicepresidente, Juan Marín (Cs), hasta el punto de que dentro del PP no disgusta la idea de que en el futuro pudiera entrar dentro de sus listas.

Marín ha cerrado filas con Arrimadas tras la crisis abierta por la moción de censura en Murcia. Pero las elecciones del 4-M determinarán el futuro inmediato de los naranjas y su capacidad de seguir conservando el resto de su infraestructura territorial.