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Las cámaras del puerto de Tenerife captan al padre desaparecido sin las niñas
Ni las imágenes ni los testigos sitúan a las menores en el puerto desde donde zarpó el progenitor, que sí subió con varios bolsos y maletas a su embarcación
Tomás Antonio Gimeno hacía tiempo que se había separado de Beatriz, la madre de sus hijas Olivia y Anna, (de solo 6 y 1 año de edad) y la relación no era buena. La ex pareja vivía en Santa Cruz de Tenerife y el progenitor recogió el pasado martes a las niñas sobre las 17:00 horas pero, en lugar de devolverlas a las 21:00, antes envió un mensaje a Bea: “No las vas a volver a ver más”.
Beatriz decidió entonces denunciar la amenaza ante la Guardia Civil. Desde la Comandancia de Tenerife no aclaran si esta denuncia se puso la noche del día 27 o ya el día 28, cuando ella recibió ese mensaje amenazante. En cualquier caso, en cuanto tuvieron constancia de la denuncia, los investigadores se pusieron enseguida a realizar las primeras comprobaciones y constataron que también había mandado otras mensajes que parecían de despedida a otros miembros de su familia.
El evidente anuncio de suicidio unido a que se encontrara acompañado de sus dos hijas menores hicieron saltar todas las alarmas y pronto supieron que había manifestado su intención de irse en una embarcación que tenía amarrada en el puerto deportivo Marina Tenerife, de la capital tinerfeña.
Sale del puerto a comprar un cargador
Hasta allí se había dirigido Tomás, de 37 años. Las cámaras registran la llegada de su coche al puerto sobre las 21:30 horas de la misma noche del martes.
Sin embargo, tanto las imágenes como el vigilante de seguridad que estaba esa noche solo dan cuenta de él: en ningún momento ven a las menores en la zona. Tomás descargó varios bolsos de su coche, un Audi blanco, para meterlos a su embarcación.
Da hasta tres viajes para cargar todas las maletas y bolsas que quería meter en la barca, de unos 6 metros de eslora. A eso de las 21:50 vuelve a salir del puerto, al parecer para comprar un cargador en una gasolinera. Según explicó a Cadena Ser Tenerife el capitán del Puerto de Santa Cruz, Enrique Alonso, vuelve a entrar al puerto sobre las 23:30 horas. Una hora después es cuando zarpa del puerto para no volver a ser visto nunca más.
A la deriva a una milla de Güímar
Lo siguiente que se sabe de él es que su embarcación es localizada a la deriva por un avión de Salvamento Marítimo a una milla náutica del puerto de Güímar (un poco más abajo de puerto de Santa Cruz, en el noreste de la isla). La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la comandancia de Tenerife y los equipos de inspecciones oculares han analizado de arriba a abajo la embarcación, sin encontrar nada relevante que puedas ayudarles a dar con el paradero de los desaparecidos. También se han inspeccionado la vivienda del progenitor y varios terrenos, sin éxito hasta el momento.
Los investigadores mantienen abiertas varias líneas de investigación. Sin perder la esperanza de que Olivia y Anna puedan ser localizadas con vida, se baraja la posibilidad de que su padre hubiera matado a las pequeñas y las hubiera introducido en la embarcación escondidas en esos bolsos y maletas para deshacerse de los restos en el mar y él, posteriormente, quitarse la vida.
Tampoco descartan que haya podido obtener ayuda de alguien y le hayan recogido en alta mar para apoyarle en su huida. Sin embargo sus mensajes de despedida decantan la balanza hacia el lado del suicidio, si bien es cierto que podría haber preparado esa coartada y el escenario de la barca vacía para despistar la investigación.
Los agentes siguen buscando a las niñas principalmente en el mar, en el zona que va desde Punta Anada hasta Güímar.
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