Innovación

Los drones se lanzan al dominio del mundo por tierra, mar y aire

Defensa, Salvamento marítimo, control de incendios, mediciones ambientales, reparto a domicilio... Los drones han conquistado todos los escenarios y en España darán empleo a más de 11.000 personas en 2035

El buque no tripulado "Victoria", de Ferri
El buque no tripulado "Victoria", de FerriINDUSTRIAS FERRI

Hasta hace relativamente pocos años hablar de drones era hablar de cine futurista y de tecnologías para hacer el mal. Uno de los primeros drones, y de los más reconocibles para muchos, apareció en “La Guerra de las Galaxias” (1977). En esta icónica película, una bola negra flotante desplegaba un montón de cachivaches amenazantes para interrogar a la princesa Leia. Ese día, George Lucas abrió la caja de los truenos y ya no ha habido quién la cierre. El balón negro de “Star Wars” creció hasta la enorme bola asesina de humanos de la postapocalíptica “Oblivion” y luego se redujo y evolucionó de forma hasta los drones-insecto de la paranoica “Omnisciente”, que vigilan a todas horas y a todos los ciudadanos. Entre medias de todo, desde las arañas de “Minority Report” a los exterminadores aéreos de “Terminator”.

Pero la verdad es que los drones ni son una amenaza ni unos recién llegados. No son una amenaza hasta el punto de que como tecnología ha revolucionado el mundo de la seguridad, la vigilancia marítima, el control de incendios, el de fronteras, el salvamento y hasta el traslado de órganos. Ni unos recién llegados, de hecho, realmente cualquier satélite es un dron, y a esos hace ya muchos años que los conocemos. Incluso si solo hablamos de lo que conocemos popularmente como drones, sorprendentemente estamos hablando de tecnologías con más de 100 años que hoy han conquistado absolutamente todos los escenarios posibles.

Del siglo XIX al XXI

Aunque en 1849 los austriacos ya montaron bombas en globos aerostáticos sin tripulación para lanzarlos sobre Venecia, lo cierto es que el primer dron como hoy lo conocemos apareció sobre el papel en 1907. Diez años después, en 1917, los militares se fijaron en esta tecnología y desarrollaron una bomba voladora controlada por radio, aunque nunca se usó. En 1936 recibieron el nombre de “Dynamic Remotely Operated Navigation Equipment” o Drone, que inglés además significa “zángano”, un insecto cuyo zumbido recuerda al sonido producido por las aspas de los drones. Y la evolución continuó. Durante la II Guerra Mundial los alemanes construyeron el Fritz X, una bomba a control remoto para hundir barcos. Era el año 1943 y esta vez sí que se desplegó. El mundo militar sentó las bases, pero el boom real llegó en los años 60 con la popularización de la tecnología y el nacimiento de lo que podrían llamarse “drones artesanales”.

Los drones fueron ganando protagonismo como observadores en el ámbito de la seguridad, pero el siguiente hito ocurrió en 2001. De nuevo fueron los militares los que dieron el salto cuando EE UU los dotó de armas para sobrevolar Afganistán. Posteriormente, en 2006 se dieron los primeros permisos a la industria privada para realizar vuelos comerciales y entonces el mundo dron despegó. En 2013 Amazon empezó a hablar de paquetería y ahora ya se habla de movilidad urbana (taxis aéreos), de hecho ya se busca una legislación única en toda Europa (U-Space) para poder implementar esos servicios.

Restalia hace las primeras pruebas de reparto a domicilio con drones
Restalia hace las primeras pruebas de reparto a domicilio con droneslarazonRestalia/EFE

Hoy en día en España el sector está al alza, y lo está hasta el punto de que se calcula que en 2035, el sector dará empleo a 11.000 personas y generará 1.200 millones de euros. Las cifras son incluso prudentes porque el sector está en una evolución constante que en este país y en estas fechas pasa sin duda por Galicia, donde la Xunta se ha convertido en la Administración europea que más ha invertido en el sector y donde se celebrará este mes de julio UNVEX, la feria de drones de España y una de las mejor valoradas del mundo.

El sector mostrará en Santiago de Compostela sus últimos desarrollos en una exposición con más de 60 empresas, en un ciclo de conferencias con más de 20 mesas redondas y de 120 ponentes y en una serie de demostraciones donde podrán verse esos drones. ¡Ojo! que cuando aquí se habla de drones no se refiere a esos pequeñitos para jugar, hacer carreras o fotos desde el aire, sino a drones profesionales como el “Predator B” que acaba de adquirir España, con sus 20 metros de envergadura alar (habrá una maqueta a escala 1/6 en Santiago). Lo interesante de este certamen no es solo la tecnología que se mostrará, sino que los drones podrán verse volar, caminar, rodar o nadar. Cada uno en su ámbito.

Q UGV de Ghost Robotics
Q UGV de Ghost RoboticsGhost Robotics

Y cada uno en su ámbito porque, aunque está claro que los drones aéreos son los más conocidos y reconocibles, la realidad de esta tecnología no se reduce a los dominios de Eolo, sino que ha conquistado todos los escenarios existentes. Lo dicho: por tierra, mar y aire aparte del espacio. En cada caso los nombres cambian pero en realidad todos son drones, en el espacio se habla de satélites o rover cuando se despliegan en un planeta, en el aire los llamanUAV (entre otros nombre según sus características), en tierra UGV y en la mar USV (superficie) o UUV (submarinos). Y antes era peor porque los drones solo volaban, los que caminaban o nadaban se llamaban robots por eso de diferenciar, pero lo cierto es que para los profesionales todos son drones, desde los satélites hasta los buques o submarinos no tripulados pasando las aeronaves autónomas o los coches sin conductor.

Drones voladores, nadadores y hasta senderistas

Pues bien, las últimas novedades en este mundillo se podrán ver en Galicia, no en maqueta, que también, sino en vivo y en directo. Santiago acogerá las demostraciones de drones terrestres el 7 de julio en la Ciudad de la Cultura. El robot Atila del Ejército de Tierra o el denominado vehículos terrestres no tripulado cuadrúpedo (Q-UGV) de Ghost Robotics, traído para la ocasión por A. Paukner. En España han rebautizado a este Q-UGV como “cabra mecánica” porque, pese a que tiene patas al más puro estilo perro-robot de You Tube, su misión no es bailar, sino trabajar en los peores terrenos imaginables.

La Escuela Naval Militar de Marín en Pontevedra será escenario de las demostraciones de drones marinos de UNVEX, el día 8 de julio el sector podrá ver las últimas tecnologías de superficie con al menos cuatro sistemas, tres navales de Industrias Ferri, Seadrone e Indra, y uno aéreo de Marine Instruments pero adaptado a las necesidades marinas en las que operará.

Aparte del Airfox que trabaja en ámbitos marinos, los puramente aéreos tendrán su propio espacio en el aeródromo de Rozas, en Lugo, el día 9. Ahí se verán desde un sistema antidrones de Gradiant hasta siete de las aeronaves más punteras del sector fabricadas por Indra, Babcock, Sistem, Aerocámaras, UAV Works y Aertec.

RPAS M5D Airfox de Marine Instruments
RPAS M5D Airfox de Marine InstrumentsMarine Instruments

Lo que está claro es que hoy en día los drones están en todas partes. Si antes eran actores malvados del cine de ciencia ficción, hoy son la herramienta con la que se graban esas mismas películas. Y esto sí que es algo relativamente reciente. De hecho, no fue hasta 2014 cuando empezó a permitirse el uso de drones para grabar. Y tuvo tanto éxito que incluso nació un festival solo para este nuevo género, el New York City Drone Film Festival. Dos años después, en 2016, se grabó la primera película íntegramente hecha con drones, “In the Robot Skies”, y hasta el cine porno se ha hecho con un hueco en este mercado con proyectos como “Drone boning”.

Los drones están ahí, están por todas partes y aún llegarán a más sitios. Hoy el debate real ya no radica en cómo serán o qué podrán hacer, pues pueden hacer casi de todo, sino en cómo compartiremos nuestra vida con ellos, cómo afectarán a nuestra intimidad si llevan cámaras, cómo conviviremos con el peligro de que uno te caiga encima o te lleve por delante y, sobre todo, cómo convivirán, ya sea en el cielo, el mar o la tierra, con los vehículos que sí estén tripulados.