Kitchen
El exjefe de la UDEF niega que Fernández Díaz le encargara relevar al inspector que investigó la “Gürtel”
José Luis Olivera declara que fue represaliado por el Gobierno del PP por investigar la trama liderada por Francisco Correa
El exjefe de la UDEF de la Policía Nacional José Luis Olivera ha negado este lunes que el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz le llamara durante la reunión que mantuvo en 2013 con el inspector jefe encargado de la investigación de la “Gürtel”, Manuel Morocho, para interesarse por si este había aceptado un supuesto traslado a la Embajada de Lisboa, según explican a LA RAZÓN fuentes presentes en su declaración como imputado en el caso del espionaje a Luis Bárcenas. En concreto, ha asegurado que durante la entrevista la que realmente le habría llamado fue su mujer y que los tres acabaron cenando en casa del propio Olivera.
De esta forma, Olivera ha desmentido la declaración como testigo de Manuel Morocho, quien especificó que sus jefes le habían ofrecido traslados bien remunerados para que dejara de investigar los casos “Gürtel” y de la “Caja B” del PP.
Según su testimonio fue Morocho quien se habría interesado en el cambio. También le ha acusado de “narcisista” por considerar que un ministro, en este caso Jorge Fernández Díaz, con quien habló por primera vez en 2014, se hubiera interesado en el traslado de un inspector jefe de una unidad policial de la Udef.
Ignacio Ulloa Rubio
Además, Olivera, quien ha rechazado haber participado en la denominada “Operación Kitchen”, ha sostenido que en realidad fue represaliado por el Gobierno del PP por haber investigado la trama liderada por Francisco Correa. En concreto viajó a Suiza a investigar las cuentas de Bárcenas, tras lo que fue trasladado de la UDEF a otro departamento de la Policía, destacan las citadas fuentes. En concreto ha asegurado que le llamó el ex secretario de Estado Ignacio Ulloa Rubio, mientras estaba de viaje en Nueva York, para que aceptara el cambio al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).
En la comparecencia, que se ha alargado durante casi tres horas, el ex comisario jefe de la UDEF también ha defendido la actuación del comisario jubilado José Manuel Villarejo, sobre quien aseguró que colaboraba con la UDEF, al mismo tiempo que cedía su grupo empresarial para dar ”cobertura” a diferentes actividades policiales. Como por ejemplo, según explicó, habría conseguido traer a España a uno de los narcotraficantes más buscados. También habría actuado, según este testimonio, en la investigación del “caso Malaya” sobre la corrupción en Marbella.
No ha visto las anotaciones
Olivera solo ha contestado a las preguntas del juez que instruye el caso, Manuel García Castellón, y de su abogado, ya que según ha resaltado no ha tenido tiempo de ver las anotaciones y oír las grabaciones de Villarejo. Por eso el magistrado ha anunciado su intención de volverle a llamar a declarar, al considerar que su declaración contrasta con las grabaciones y agendas que obran en el sumario.
Del mismo modo, ha negado haber tenido ninguna vinculación con la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, a quien ha dicho que sólo ha visto en algún acto oficial, o a su marido, citados como investigados mañana y pasado, respectivamente, ante el juez que investiga “Kitchen”.
Rajoy, Cospedal y Arenas
El juez que investiga en la Audiencia Nacional la “operación Kitchen”, Manuel García Castellón, llamó como investigado a Olivera después de que Morocho le señalara como uno de los mandos policiales que le prohibieron que incluyera en sus informes a Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.
Morocho destacó que sus informes, que eran secretos y se dirigían al magistrado Pablo Ruz, eran filtrados de forma sistemática. También señaló que el entonces jefe de la UDEF, José Luis Olivera, le pidió que le enviase previamente los informes para que él los pudiera valorar antes que el juez, algo a lo que este inspector se negó.
En junio de 2013, siempre según el relato de Morocho ante el juez, Olivera citó a Morocho en una cafetería de Madrid, en la que le ofreció el traslado a la Embajada española en Lisboa, un destino que según le habría explicado estaba muy bien remunerado. “¿Qué embajada quieres?”, le espetó el exjefe de la UDEF. También le tentaron con otros traslados a Viena y a Naciones Unidas (Nueva York).
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