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Sánchez quiere dos conferencias anuales de presidentes autonómicos

El Gobierno busca fortalecer el órgano de cogobernanza con el compromiso de aumentar la periodicidad de sus reuniones

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a los presidentes autonómicos a su llegada al monasterio de San Millán de Yuso, en San Millán de la Cogolla, con motivo de la Conferencia de Presidentes del pasado mes de julio
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a los presidentes autonómicos a su llegada al monasterio de San Millán de Yuso, en San Millán de la Cogolla, con motivo de la Conferencia de Presidentes del pasado mes de julioChema MoyaEFE

Fue José Luis Rodríguez Zapatero quien anunció la creación de la Conferencia de Presidentes como uno de los mensajes políticos de calado que lanzó en su primer debate de investidura. El foro territorial se constituiría meses después, en octubre de 2004, con la vocación de abrir un espacio de debate y acuerdo en cuestiones de especial trascendencia para el sistema autonómico y territorial. En 2009, se avanzó un paso más en lo relativo a su periodicidad y el Gobierno socialista aprobó un reglamento que estableció una cadencia anual para la celebración de estas reuniones.

Un compromiso que, aunque fijado por escrito, no se ha cumplido ni antes ni después de rubricarse. Con Zapatero al frente de su primer ejecutivo casi llegó a culminarse, pues se celebraron tres reuniones del foro autonómico: en octubre de 2004, en septiembre de 2005 y en enero de 2007. Ya en su segundo mandato, el ritmo de convocatoria se ralentizó considerablemente hasta una única cita, en diciembre de 2009, y con Mariano Rajoy apenas se celebraron dos: en 2012, en su primera etapa en el poder, y en 2017, en su segunda legislatura como presidente.

Ya con Pedro Sánchez en La Moncloa, la pandemia del coronavirus obligó a establecer con celeridad un espacio de coordinación territorial y el presidente del Gobierno se valió de uno ya existente, la Conferencia de Presidentes –que no había llegado a convocar con carácter previo– como ese foro de diálogo con las autonomías para avanzar en una gestión común de la crisis sanitaria. Durante el primer estado de alarma la reunión de presidentes autonómicos se reunió semanalmente, llegando a las catorce convocatorias, aunque todas se desarrollaron de manera telemática por las precauciones sanitarias a las que obligaba el virus.

Levantada la excepcionalidad, en julio de 2020 se reunieron por primera vez con carácter presencial en La Rioja, en una cita presidida por el Rey Felipe VI en San Millán de la Cogolla. Sánchez no esperó para promover una nueva reunión, una vez que en Europa se había avanzado en la aprobación de los fondos europeos y en octubre de 2020, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, como invitada se celebró de nuevo la Conferencia de Presidentes desde el Senado. Sin embargo, en esta ocasión y debido a los rebrotes tras el verano se tuvo que volver al formato telemático.

Desde entonces, ha habido un vacío de nueve meses en el que, pese a los continuos requerimientos de autonomías de todo signo ideológico –incluidas las del PSOE– no se ha procedido a la convocatoria del foro territorial. Esto, a pesar de que, durante este lapso temporal, se produjeron eventos trascendentes y que, a priori, requerían de una respuesta coordinada, como el final del estado de alarma, ante la incertidumbre que generó en algunas regiones la necesidad de unificar los instrumentos para hacer frente a los coletazos de la crisis sanitaria.

Sin embargo, desde Moncloa se despejaba el balón que suponían estas peticiones, asegurando que se habían creado otros foros de coordinación autonómica, para poner en marcha esa cogobernanza y para vehicular las peticiones y la acción conjunta de todas las regiones. En concreto, en materia sanitaria, aunque también existen otros organismos sectoriales, se puso en marcha el Consejo Interterritorial de Salud, que se reúne con carácter semanal y en el que se han ido tomando medidas, algunas con dudoso paraguas legal tras decaer el estado de alarma, como las relativas a restricciones de libertades.

La de este viernes será la XXIV Conferencia de Presidentes y en Moncloa quieren que se celebren con mayor periodicidad. Pedro Sánchez –tal como ha podido saber este diario– busca fortalecer este órgano de cogobernanza con el compromiso de celebrar dos reuniones al año. La pandemia ha puesto de relieve una realidad y ha obligado a reforzar la coordinación entre autonomías y su participación en la toma de decisiones, para perfeccionar así la articulación competencial que regula el reparto de responsabilidades incorporando la planificación estratégica y la evaluación constante y transparente de las políticas públicas.

Sin embargo, frente a la actitud del Gobierno, tendente a reunir a las regiones con mayor asiduidad, está la de varias comunidades autónomas que cuestionan la utilidad de estas citas, que rebajan a la categoría de meras reuniones. Varios son los territorios que acuden a la Conferencia de Presidentes del viernes con críticas al Ejecutivo por su unilateralidad, unas críticas que no son exclusivas del momento actual, sino que se han venido produciendo durante toda la gestión de la pandemia, en la que Sánchez llevaba decisiones ya tomadas a las reuniones y que, incluso, ya se habían anunciado previamente ante la opinión pública en sus comparecencias periódicas.

La falta de un orden del día claro y consensuado con los territorios hasta escasos días antes de la convocatoria, lo que va en contra del reglamento que rige la Conferencia de Presidentes, hace que algunas regiones hayan expresado sus dudas sobre la verdadera eficacia de esta cita, que definen como una mera «foto». Hay territorios como Cataluña que ya han anunciado que no acudirán a la reunión, País Vasco, que sigue jugando al despiste y no acaba de confirmar su presencia y otros como la Comunidad de Madrid que ya han advertido que, de continuar incumpliéndose el reglamento, tampoco estarán en el futuro.

No obstante, se trata de excepciones, ya que la práctica mayoría de los presidentes autonómicos acudirá a la cita en la que se avanzará en el reparto de los fondos europeos y también tendrá un papel relevante la reforma del modelo de financiación autonómica, sobre la que existe división, entre las que defienden que se atienda al coste de la prestación de servicios por habitante y las que reivindican que sea el criterio poblacional el que prime.