El Gobierno apunta ahora a la «pandemia» de Franco

El Gobierno de Pedro Sánchez, criticado por la gestión de la covid-19, quiere investigar lo sucedido a las personas que fueron afectadas por el poliovirus, la pandemia en época del régimen de Franco. Así se recoge en el proyecto de Ley de Memoria Democrática publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales con fecha del 30 de agosto.

En concreto, la disposición adicional undécima indica que «en reconocimiento del sufrimiento padecido por las personas que fueron afectadas por el poliovirus durante la pandemia que asoló a España a partir de los años cincuenta del siglo XX, el Gobierno promoverá investigaciones y estudios que esclarezcan la verdad de lo acaecido respecto de la expansión de la epidemia durante la dictadura franquista, así como las medidas de carácter sanitario y social en favor de las personas afectadas por la polio, efectos tardíos de la polio y pospolio, que posibiliten su calidad de vida, contando con la participación de las entidades representativas de los afectados sobrevivientes».

El brote de poliovirus en España afectó a una generación de niños nacidos entre 1950 y 1964, marcados por una enfermedad viral que puede afectar a la médula espinal causando debilidad muscular y parálisis –en ocasiones permanente– de las extremidades, e inclusola muerte. El poliovirus provocó en nuestro país graves discapacidades físicas en 12.000 niños y causó la muerte de alrededor de 2.000. En la actualidad hay unas 300.000 personas con secuelas, según datos de la Asociación Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio.

El médico y virólogo norteamericano Jonas Salk descubrió la vacuna en 1955, aunque en España se administró la oral desarrollada por el polaco-estadounidense Albert Sabin, que se daba a los niños echando unas gotas sobre un terrón de azúcar. «El éxito de las campañas piloto y nacional de vacunación antipoliomielítica por vía oral, con la disminución espectacular de los casos de parálisis en toda España, fue un beneficio incalculable para la Salud Pública española», según recoge la «Revista Española de Salud Pública» en su número 5 –septiembre/octubre de 2013– en un artículo en el que el doctor Luis Valenciano narra su experiencia y participación directa, junto a Florencio Pérez Gallardo, en la campaña de vacunación.

El también médico Rafael Nájera apunta –en un apéndice de la web oficial del Gobierno sobre gestión de la covid donde se recuerdan las similitudes de aquella pandemia y la actual– que «otra consecuencia del éxito de la campaña piloto de vacunación fue la creación del primer instituto de investigación de enfermedades producidas por virus, el Centro Nacional de Virología y Ecología Sanitarias», germen «del actual Instituto de Salud Carlos III», como señala por su parte Valenciano. Nájera fue precisamente su primer director.

El «gestionar no el presente, sino el pasado» por parte del Ejecutivo de coalición es «lamentable» para la Asociación de Memoria Histórica Raíces, desde donde consideran que «mientras la actual pandemia de coronavirus está teniendo unos resultados aterradores en la España del presente por la negligencia de Pedro Sánchez y su Gobierno radical (aproximadamente 150.000 muertos), ahora el Gobierno va a poner todos sus esfuerzos en contarnos la verdad de lo sucedido con la pandemia de poliovirus».

El Instituto Nacional de Estadística ha desmentido continuamente las cifras del Ministerio de Sanidad, que estima en torno a 80.000 los fallecidos por coronavirus, mientras que el INE calcula en alrededor de 110.000 los decesos por covid-19 hasta la fecha.

Dentro de su estrategia de denuncia de las «incongruencias» de la nueva norma, deplora Raíces este «afán meramente revanchista y de odio», que opta por «abandonar completamente el presente a los males que sufrimos y renunciar a un futuro de concordia entre los españoles. Lo que deseamos es conocer la verdad de la desastrosa gestión realizada por Pedro Sánchez y su Gobierno de la pandemia que asola nuestra nación desde hace casi dos años».

Para esta entidad, «la Ley de Memoria Democrática es un contrasentido y una especie de disrupción de la Historia».