Los yihadistas optan por llegar a acuerdos en los juicios para obtener condenas pequeñas

Al final, una petición de 20 años se ha quedado, al llegar a un acuerdo las partes, en una de seis, de los que dos están ya cumplidos. Uno de los objetivos de este yihadista era la Audiencia Nacional (con especial fijación en uno de sus jueces) por lo que existe preocupación trabajadores de esta institución al saber que este “arrepentido” puede estar en la calle en un breve plazo.

Como ha quedado demostrado, en las diferentes operaciones que han realizado las Fuerzas de Seguridad (y no sólo en España), los yihadistas, lejos de reinsertar durante su estancia en prisión, se radicalizan y salen, en muchos casos, a la calle con planes concretos para seguir integrados en las bandas criminales e incluso para cometer atentados.

Se trata de Abdelaziz Agzennay que, durante el juicio celebrado ayer, reconoció que elaboró las publicaciones en que se incitaba, en las redes sociales de la Fundación Al Muntasir, a asesinar al referido magistrado y a atentar contra la Audiencia Nacional, entre otros objetivos.

Según medios antiterroristas consultados por LA RAZÓN, cada vez son más frecuentes los acuerdos entre los yihadistas detenidos y procesados y la fiscalía. La consecuencia es que logran unas penas muchas más reducidas de las inicialmente solicitadas. Y todo ello ocurre cuando la amenaza yihadista se hace presente en Europa con dos atentados en pocos días y cuando el juez no ha clasificado aún el atropello masivo de Torre Pacheco (Murciaa) que, según los indicios que se conocen, apuntan a un acto terrorista.

LA RAZÓN ha tenido acceso a las publicaciones y vídeos elaborados por este individuo, en los que se demuestra que había hecho un esquema, de su puño y letra, para elaborar bombas artesanales. Algunos de estos dibujos se reproducen en esta misma noticia.

En el acuerdo a que se llegó Abdelaziz ha sido condenado por un delito de colaboración con organización terrorista y no integración.

En los vídeos que elaboró, que tuvieron una amplia difusión en las redes yihadistas, se hacía una referencia explícita a la Semana Santa, el periodo navideño o a Madrid y Barcelona, donde se llamaba a cometer atentados. “Desde Muntasir Media anunciamos que tomaremos una preparación activa para lograr dar caza a uno de vuestros jueces (…) Vigila, coloca tu explosivo debajo del coche, apunálales, intenta matar como puedas”, decía el texto que acompañaba al manual de elaboración de explosivos.

En un documento localizado por la policía se señalaban objetivos concretos como trabajadores de entidades bancarias próximas a su domicilio, fiscales de la Audiencia Nacional, políticos, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y del Ejército, comisarías y acuartelamientos y lugares de gran afluencia de personas, que previamente había grabado, como estaciones de metro y de cercanías de Madrid, proponiendo el modus operandi más adecuado para cada caso, según se informó en el momento de la detención.

Tal y como publicó LA RAZÓN, la Guardia Civil tuvo que detener hasta en tres ocvasiones a un camionero radicalizado como yihadista, ya que era puesto en libertad pese al peligro que suponía que condujera un vehículo de gran tonelaje con el que podía cometer masacres similares a las perpetradas en Niza o Berlín. Finalmente, ingresó en prisión.