Tras el 13-F

Mañueco quiere gobernar solo y Vox no regalará sus votos

García Gallardo advierte de que no se abstendrá y que no tiene nada de qué hablar con Génova

Alfonso Fernández Mañueco comparece ante los medios tras conocer los resultados electorales en Castilla y León
Alfonso Fernández Mañueco comparece ante los medios tras conocer los resultados electorales en Castilla y LeónJMGARCIAAgencia EFE

Después de ganar los comicios del 13-F sin la mayoría suficiente para gobernar comienza la ronda de contactos a la que el candidato a la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se comprometió tras conocer los resultados.

El presidente en funciones de Castilla y León dice que no cierra la puerta a ninguna fuerza política para alcanzar acuerdos de gobierno. Así lo aseguró a Carlos Alsina en el programa «Más de Uno» de Onda Cero al tiempo que confirmó que «con el primero que va a hablar es con el PSOE» y que, en estos momentos, «hay que ver la disposición de los partidos». Mañueco reconoció que «le hubiera gustado contar con una mayoría suficiente para poder desarrollar el programa del PP, pero que los ciudadanos han decidido otra cosa» y por ello se dispone a dialogar con todas las fuerzas políticas del arco parlamentario. «Lo que está claro es que el próximo Gobierno no va a correr el riesgo de que se rompa por una moción de censura», añadió.

Sin embargo, Vox eleva la presión sobre un PP que mira con recelo que pueda entrar en el Gobierno de Castilla y León. Las urnas otorgaron al partido que lidera Santiago Abascal un 17% de los votos por lo que reivindican su derecho legítimo para sentarse en la mesa negociadora con las mismas condiciones que en su día logró Ciudadanos cuando, en 2019, obtuvo vicepresidencia y consejerías con un 15% de los votos y un procurador menos del logrado por ellos en estos comicios.

Juan García Gallardo aseguró que los 13 procuradores de Vox no se van a abstener para investir presidente de la Junta a Alfonso Fernández Mañueco. «O cambia el rumbo de Castilla y León o no vamos a facilitar ningún gobierno», insisten en un órdago que esta vez es más firme que en otras ocasiones. Reiteran que no darán sus votos «gratis» como quieren desde Génova. «Vox no es como Pedro Sánchez y vamos a hacer lo que dijimos: utilizar los votos de Vox para cambiar el rumbo de las políticas. Lo dijimos claro, si querían que le regaláramos los votos al PP, que hubieran votado al PP. Yo no le voy a regalar votos a nadie», advirtió el nuevo líder de la formación en Castilla y León.

A partir de esta premisa, Vox se abre a negociar y espera la llamada de Fernández Mañueco, llamada que, subrayó García Gallardo, aún no se  había producido. «Parece que primero iba a llamar al PSOE, tampoco nos sorprende». El candidato de Vox será quien se ocupe personalmente de las negociones del partido y advirtió de que él no tiene nada que negociar con Teodoro García Egea. Primero porque no se ha presentado a las elecciones, segundo porque   busca culpabilizar a Vox si «bloquea» el gobierno de Mañueco asegurando que tendrá que «responder de sus actos».

Por su parte, Fernández Mañueco dejó claro que las negociaciones de posibles pactos «las va a llevar el PP de Castilla y León, porque estas elecciones van de Castilla y León». Preguntado sobre la opinión que pueda tener Génova en este proceso,  respondió que «el señor García Egea es el secretario general de mi partido, y como tal podrá tener opinión, pero no decisión, porque el que va a decidir es el PP de Castilla y León». Mañueco destacó que la demanda que les han hecho los castellanos y leoneses es que «hablemos de sus problemas y no tanto de sillones», por eso es el momento de «dialogar con todos».

Vox irá a una negociación programática con «firmeza y flexibilidad» y espera hablar de natalidad, del campo, la industria, la derogación de políticas de izquierdas y las reivindicaciones legítimas de esa España silenciada y abandonada, hayan sacado escaño o no.