Secesionismo

Guerra civil en Junts ante el liderazgo del nuevo «procés»

El partido sale de su congreso aún más dividido pese a la candidatura conjunta de Borràs y Turull

Laura Borràs y Jordi Turull en el congreso de Junts
Laura Borràs y Jordi Turull en el congreso de JuntsAlejandro GarciaAgencia EFE

Junts per Catalunya ha celebrado su congreso para elegir nueva Ejecutiva. Sobre el papel, gran pacto de unidad entre el sector más radical encabezado por Laura Borràs, la presidenta del Parlament y ahora del partido, y Jordi Turull, como secretario general, que lidera el sector teóricamente más moderado que quiere consolidar el partido ante unas elecciones municipales en las que se la juega, en especial en el Área Metropolitana de Barcelona.

Todo iba sobre ruedas, pero la unidad saltó por los aires en el mismo momento de la votación. Turull fue más votado que Borràs, y los fieles a la presidenta recibieron un voto de castigo, lo que la deja en minoría en la nueva ejecutiva. El castigo fue tal que David Torrents, candidato de Borràs a la secretaría de organización, se quedó fuera de la Ejecutiva por no alcanzar siquiera el 50 por ciento del voto de los compromisarios. Lo peor para Borràs es que Turull es quien debe plantear ahora un candidato para esta secretaría y no parece que se vuelva a proponer a Torrents, el único concejal de Junts en Badalona, y que ha surgido una nueva figura en el partido, Anna Erra, alcaldesa de Vic, que fue la más votada y que algunos ya la ven como alternativa.

El próximo mes, los herederos de Puigdemont celebrarán un nuevo cónclave para aprobar su hoja de ruta. Hasta ahora parecía que Borràs imponía sus tesis. Ahora no está tan claro. En síntesis, la ponencia política de los neoconvergentes afirma que es imposible una consulta pactada con el Estado y que con una Mesa de Diálogo muerta, la única opción es adoptar una estrategia de «desbordamiento democrático». No para repetir la consulta del 1-O, que consideran una victoria que sigue vigente, sino para iniciar un proceso de independencia, aunque se cuidan muy mucho de poner fecha. Para llegar a este escenario, según la ponencia, se necesitan tres condiciones. La primera, unidad de los partidos independentistas; segunda, «cierto nivel» de apoyo internacional, y, tercera, un papel activo del Govern. Si esto no se consigue, Junts per Catalunya convocará una consulta a la militancia para continuar o no en el Ejecutivo de Pere Aragonés.

Plena ebullición

La guerra civil está en plena ebullición. El plan de Borràs de atrincherarse en el Parlament a cambio de no hacer caer a Aragonés saliéndose del Govern puede hacer aguas. También su propuesta de romper el pacto con el PSC en la Diputación de Barcelona. Turull descarta esta segunda consulta, no la primera, aunque sus prisas son más que atenuadas. Borràs si tiene prisa ante la inminencia del juicio ante el Tribunal Superior de Justicia acusada de fraccionar contratos, lo que le obligaría a abandonar la Cámara catalana según el reglamento, pero no está dispuesta a hacerlo. Sin embargo, cada día tiene menos apoyos. No parece que ERC y la CUP estén por la labor y menos tras la declaración la pasada semana del funcionario Roger E. ante el juez que aportó documentación y audios con Borràs interesándose por los contratos siendo ya diputada , supuestamente ilegales, y pidiéndole que la avisará si los Mossos d’Equadra volvían a personarse en el Institut de les Lletres Catalanes. Este funcionario, imputado en el caso, por ser el que tramitó los contratos, dijo que Borràs era la que tenía la última palabra sobre a quién se tenía que contratar. A Borràs, después de estas nuevas declaraciones, se le hace difícil parapetarse bajo el mantra de que es investigada por el hecho de ser independentista.

La marcha de Carles Puigdemont del partido ha abierto nuevos escenarios con crisis incluidas, como la marcha de Elsa Artadi, que ha dejado desierto el liderazgo de Barcelona a un año de las elecciones y, sobre todo, nuevos interrogantes. Turull simula estar poniendo orden pero «está moviendo sus piezas». Borràs podrá mantenerse al frente del partido aunque sea condenada por este caso lo que podría conllevar inhabilitación institucional, pero no política. Eso sí, el partido tendrá difícil defender que mantiene como presidenta a una persona que ha sido condenada por corrupción, no por su actividad política. Èste será el nuevo reto.

La amenaza de consulta para tumbar al Gobierno se mantiene, igual que el pulso al Estado, pero todo se puede diluir en el tiempo a la espera de como finalice esta guerra civil. Y Turull tiene en su mano la gestión de los tiempos tras el espaldarazo del congreso. Anna Erra ahora despunta como nueva líder, además es diputada en el Parlament, y no parece que Turull, junto a Josep Rius y Jaume Giró –nuevos hombres fuertes del partido– tengan como prioridad romper al Gobierno. Más bien, al contrario. Su interés es recuperar espacio en las municipales, consolidar el proyecto ya sin Puigdemont, para ganar las próximas elecciones autonómicas. Discurso duro en las formas, pero sin romper equilibrios en el fondo. De hecho, este sector no descarta acuerdos postelectorales con los socialistas, de los que abomina la actual presidenta de Junts. Borràs empieza a perder la agenda del partido, el futuro judicial es más que negro, por lo que ya deambula como la última zombi del «procés».

Turull dice que no se plantean dejar el Govern

El secretario general de Junts, Jordi Turull, aclaró ayer que Junts no está diciendo «que se plantee dejar el Govern», sino que ve «normal que se evalúen» los acuerdos con ERC, para analizar si aquellos compromisos conjuntos «se están cumpliendo y valen para avanzar». En una entrevista en el diario Ara, el dirigente de Junts apuntó que su formación persigue «culminar» el camino iniciado con el referéndum del 1 de octubre, por lo que no quiere «despistarse» de ese objetivo ni tampoco de sus retos marcados en el campo económico o social. «Es lógico que se diga que se quiere evaluar esto, si nos ayuda a avanzar o no. Si este coche no va bien o está parado quizá lo tenemos que dejar en el arcén», dijo a modo de ejemplo.