Consejo de Ministros

Díaz sugiere que el tope al precio de los alimentos tiene el aval de Sánchez

Toma como referencia el modelo que aplicó Sarkozy en Francia hace ahora una década

A la gallega respondió ayer la vicepresidenta primera del gobierno y ministra de Trabajo,Yolanda Díaz, a la pregunta formulada por una periodista en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros respecto al tope del precio de los alimentos. «¿La asume el presidente como suya?» le interpelaron. «El presidente del Gobierno está volcado en hacer justamente lo que estamos haciendo, que es mejorar la vida de la gente y bajar los precios, en definitiva arreglar la inflación», fue su respuesta. Sin entrar en confrontación directa en el Consejo de Ministros, Yolanda Díaz insinuó ayer en que el conjunto del Gobierno apoya su fórmula de limitar el precio de una lista de entre 20 y 30 alimentos, sin embargo, ante la pregunta de si fue consensuada con todo el Gobierno, la vicepresidenta primera se limitó a señalar que el Ejecutivo está analizando la medida. «Estamos hablando de un acuerdo, por tanto el Gobierno las está estudiando», dijo. «Estamos estudiando medidas que, como saben, son legales y se han desplegado y han tenido buenos efectos en Francia con distribuidoras como tenemos aquí. Estamos hablando de un acuerdo», añadió.

Desde que se conoció este lunes en una entrevista en elDiario.es que la intención de la ministra de Trabajo para luchar contra la inflación pasa por establecer precios máximos para determinados alimentos en los supermercados, las críticas a la medida se han multiplicado entre los miembros del Consejo de Ministros.

El primero de ellos fue el titular de Agricultura, Luis Planas, que reaccionó con rapidez a la propuesta de Díaz y en declaraciones a Ep aseguró que «no es posible» desde el punto de vista legal y que además «tampoco es deseable». Sin embargo, Yolanda Díaz durante su intervención ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros hasta en dos ocasiones aseguró que es «legal» y que se trataría de lograr «un acuerdo». Es más desde el ala morada del Ejecutivo insisten en que se han desplegado «con buenos efectos» en Francia, por lo que el Gobierno lo está «valorando». El modelo francés se puso en marcha en 2011 durante la gran crisis económica. El entonces inquilino del Elíseo, Nicolas Sarkozy, se reunió con las grandes superficies y las convenció para crear una cesta con diez productos básicos –una pieza de carne, fruta, pescado y lácteos, entre otros– a un precio fijo.

Según adelantó la ministra de Trabajo, en estos momentos ya se encuentra trabajando codo con codo con el titular de Consumo, Alberto Garzón para reunirse con consumidores y distribución para que estos acuerden el precio máximo de una veintena de alimentos básicos. Y a tenor de sus palabras ayer en el Consejo de Ministros, la medida podría materializarse.

En este sentido, ayer durante la rueda de prensa la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, no corrigió las palabras de la titular de Trabajo. Se limitó a decir que en el seno del Gobierno «no dejamos de explorar vías que consideramos útiles» para, a renglón seguido, enumerar las medidas que por el momento está impulsando el Gobierno tales como la gratuidad del transporte de cercanías.

Las contrapartes de este posible acuerdo reaccionaron ayer. La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), compuesta por unos 30.000 socios, apuntó que la cadena de valor del gran consumo lleva «mucho tiempo» conteniendo los costes en alimentación para no repercutir su aumento en los consumidores y que la baja concentración de la distribución en España evita el riesgo de especulación e instaron a aplicar rebajas en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Por su parte, la propuesta fue rechazada por las principales asociaciones de agricultores y ganaderos que temen que la medida repercuta en el «eslabón más débil», que son precisamente ellos. En este sentido, instan al Gobierno a que se preocupe por que se cumpla la Ley de la cadena alimentaria. Por último, desde Facua, apoyaron el posible acuerdo al entender que «muchas empresas están especulando con los precios y aumentando de forma injustificada sus márgenes de beneficio».

De confirmarse el tope a los precios de los alimentos, Sánchez volvería a abrazar una medida impulsada por el ala más a la izquierda del PSOE y confirmaría, así, su viraje en esta dirección.