El PP acusa al Gobierno de negar el asilo a un sudanés cristiano torturado

El pasado 13 de diciembre, un joven sudanés de 24 años acudió a la embajada española de Rabat para pedir asilo. Fue uno de los cientos sudaneses que el pasado 24 de junio intentó cruzar el puesto fronterizo del Barrio Chino, entre Nador y Melilla.

Basir, nombre ficticio, logró entrar en Melilla aquel día –en el que, según cifras oficiales fallecieron 23 personas, las ONG elevan el número a 70-, pero fue devuelto a Marruecos «de forma ilegal» según destacan sus abogados. Aquel día 470 personas fueron rechazadas en frontera. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska defendió la legalidad de las devoluciones realizadas aquel día por la Guardia Civil en virtud de la Ley de Seguridad Ciudadana.

El abogado Arsenio G. Cores, que pertenecen al equipo jurídico Demos estudio legal de Derechos Humanos -que ha asumido gratuitamente su defensa- destaca que de vuelta a Marruecos Basir «fue golpeado por las fuerzas de seguridad marroquíes y trasladado forzosamente a más de 600 kilómetros de la frontera».

Éste joven sudanés procede de Kordofán del Sur y perdió a los 15 años a su padre y hermano, que fueron asesinados en medio del conflicto armado. Él, según ha contado a su defensa, sobrevivió al ataque en Durbán, su aldea, y tras varias semanas en el hospital su madre le pidió que no volviera por casa. Entonces, intentó refugiarse a cientos de kilómetros, en la casa de unos familiares «pero estos intentaron forzarle a convertirse al islam»bajo la amenaza de denunciarle ante la policía. Sin embargo, él, emprendió su huida buscando un lugar seguro donde vivir. Desde 2018 ha pasado por cinco países: Egipto, Libia, Argelia y Marruecos. En todos esos países, según su relato, ha sido víctima de privaciones de libertad, tortura y tratos inhumanos. Por ello, busca ahora protección en un estado europeo.

Su abogado destaca que «el objetivo de Basir, quien reúne todos los requisitos legales para que España le conceda asilo, es que tenga acceso al procedimiento de protección internacional y sea trasladado a España de forma inmediata y se le brinde seguridad «debido al riesgo que corre su vida y el volver a ser torturado».

Basir acudió a la embajada española, tras casi seis meses viviendo en la calle de diferentes ciudades marroquíes en la que, según denuncia, los supervivientes del 24 de junio «son sistemáticamente perseguidos». Esto no es un procedimiento habitual, pero, la Ley de asilo contempla esta posibilidad «justo la que el PSOE y el Gobierno han defendido como adecuada ante los diferentes intentos de entrada irregular en Ceuta y Melilla». Sin embargo, subrayan cómo la realidad ha puesto de manifiesto que la posibilidad de acudir a una embajada española para poder entrar en España de forma regular y pedir protección internacional «ha permanecido vedada especialmente para los ciudadanos africanos». Los abogados de Basir apuntan cómo «la ley y la jurisprudencia del Tribunal Supremo español avalan la posibilidad de pedir asilo en las embajadas y consulados españoles, así que se trata únicamente de no impedir ni obstaculizar el cumplimiento de la ley y de los tratados internacionales que obligan a España a proteger a las personas refugiadas y garantizarle acceso al procedimiento de protección internacional de manera efectiva, sostiene el letrado.

Interpelación

Ante esto, y aprovechando la cumbre de Marruecos, el Grupo Popular en el Congreso, ha solicitado la comparecencia urgente de la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea Aranguren, para explicar los motivos por los que no se ha resuelto la solicitud de asilo del joven cristiano sudanés, de 24 años que acudió el 13 de diciembre a la embajada española de Rabat.

El portavoz popular de Exteriores, Valentina Martínez, el portavoz adjunto del Grupo Popular, Pablo Hispán, y la portavoz de Interior, Ana Vázquez, han reclamado contestación por escrito al Gobierno sobre las siguientes cuestiones: «¿A qué se debe que ni Basir ni sus abogados españoles fueran atendidos ni recibidos por la embajada española en Rabat?». También interpelan al Ejecutivo sobre «¿qué gestiones está haciendo para dar asilo a Basir o «¿a qué se debe ese trato que está dando el Gobierno?» a este caso.

Basir sigue en Marruecos, cambiando continuamente de lugar todos los días ya que está en peligro, más aún desde que solicitó el asilo. Su abogado sigue sin tener noticias sobre la petición de la Oficina de Asilo y advierte de que todo el riesgo que a partir de ahora corra la vida del joven, será responsabilidad del Estado español.