Navarra

309 etarras siguen huidos

Se esconden en once países. La banda trabaja con más de 50 miembros, la mitad operativos

La Razón
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Un total de 309 etarras huidos figuran en la lista que, desde 2010, y bajo la supervisión del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), realizan Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía, Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con la colaboración de las autoridades francesas. Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, la lista se actualiza periódicamente con las «altas» y «bajas» en función de detenciones, fallecimientos o noticias sobre fuga a Francia de individuos que son buscados por las Fuerzas de Seguridad.

La cifra no es exacta ya que, según se puso de manifiesto en la última operación de la Comisaría General de Información (CGI) en Francia, hay individuos que se han marchado de sus casas y se han incorporado a ETA, sin tener causas pendientes o ser buscados por las Fuerzas de Seguridad. Se trata de una estrategia incompatible con el anuncio, en octubre de 2011, de «cese definitivo armado». ¿Para qué necesita la banda nuevos miembros, a los que adiestra en el uso de armas y explosivos?

Por países, la cifra de huidos la encabeza Francia, con 155; en México, hay 45; en Venezuela, 31; en Cuba, 12; en Uruguay, tres; en Cabo Verde, cuatro; en Bélgica, dos; en el Reino Unido, dos; en Panamá, uno; y otro, en Portugal. Muchos de estos etarras se han beneficiado de los plazos de prescripción de los delitos que marca la ley y, aunque pueden haber participado en los 300 asesinatos cometidos por ETA cuya autoría no se ha esclarecido, sería muy difícil poder actuar contra ellos, en caso de ser detenidos. «En cualquier caso, subrayan las fuentes consultadas, queda mucho trabajo por hacer y de ello se deberían convencer los que tratan de transmitir que ETA es un problema finiquitado, pendiente, sólo, de que se extienda la correspondiente acta de defunción».

La cifra más preocupante es la de los etarras que permanecenen en ignorado paradero, 53, y que encabezan los tristemente famosos José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera», y su hijo Egoitz, a los que se han situado en diversos puntos del mundo (ahora se habla de que están en Noruega, aunque este extremo no ha podido ser confirmado), y José Ignacio de Juana Chaos, el cabecilla del «comando Madrid», al que un empresario dijo haber visto en Venezuela, aunque las pistas no han podido ser confirmadas por las autoridades de aquel país que, por otra parte, tampoco han mostrado demasiada colaboración con España en materia antiterrorista. Las fuentes consultadas calculan que de estos 309 etarras, unos 50 se encuentran en activo y forman parte de las estructuras, en mayor o menor grado. El núcleo operativo de la banda puede estar integrado por la mitad de estos individuos, entre los que se encuentran los actuales cabecillas, Iñaki Reta Frutos, Iratxe Sorzábal y David Pla.

Estos tres individuos están en la lista de los que se esconden de forma habitual en Francia, aunque los dos últimos, al pertenecer al «aparato político» han viajado en alguna ocasión a Noruega para entrevistarse con «mediadores», «verificadores» y miembros de Batasuna (desde el sábado Sortu), a los que han transmitido la negativa a hacer ningún «gesto» de desarme hasta que el Gobierno no negocie la libertad de los presos y la salida del País Vasco y Navarra de las Fuerzas de Seguridad y de los Ejércitos.

En la lista de los que se hallan en paradero desconocido figuran, entre otros, José Luis Eciolza Galán, «Dienteputo»; Tomás Elgorriaga Kunze, uno de los expertos en explosivos y electrónica de la banda, un sujeto muy peligroso porque es de los que actualizan sus conocimientos de forma permanente; Juan Cruz Maiztegui Bengoa, uno de los «históricos» de la banda, del que se dijo que perteneció a «Hanes», el aparato etarra encargado de las negociaciones; Armando Ribeiro Tormo, un pistolero que perteneció al «comando Vizcaya», y Juan Toledo Gaviria, al que se imputa su participación en varias células.

Por lo que se refiere a los que se encuentran en Francia, un número importante parece haberse desvinculado de la banda, más que por voluntad propia por la limitación operativa que sufre ETA gracias a la efectividad de las Fuerzas de Seguridad. Entre ellos están Elena Bárcenas y Javier Pérez Lecue, que estaban confinados en Cuba y se han trasladado a territorio galo, donde se presentaron públicamente. Los crímenes que se imputaban a la primera, como el secuestro y asesinato del capitán Alberto Martín Barrios, han prescrito. También se cree que están en Francia algunos de los etarras más buscados, como Miren Chapartegui, a la que se consideraba enlace de la banda con Batasuna; Sabin Mendizábal, condenado por colocar una bomba en una sede del PP; Igor Uriarte, dirigente de Ekin, el comisariado político de ETA, y Mikel Barrios, procedente del terrorismo callejero.