Carmen Enríquez

Y el muro de Zarzuela cayó

Tanto Don Felipe como Doña Letizia se ocupan exclusivamente del cuidado de sus hijas, las llevan al colegio a diario y aprovechan fines de semana y vacaciones para pasar más tiempo juntos

Los Reyes, siempre que su agenda institucional se lo permite, llevan al colegio a Leonor y Sofía
Los Reyes, siempre que su agenda institucional se lo permite, llevan al colegio a Leonor y Sofíalarazon

Las luces del Pabellón donde viven los Reyes con sus hijas se encienden muy temprano. En torno a las 7.30 la Familia Real se levanta para prepararse con tiempo y disponerse a llevar a la Princesa Leonor y a la Infanta Sofía al colegio.

Las luces de las habitaciones del Pabellón donde viven los Reyes Felipe y Letizia con sus hijas Leonor y Sofía se encienden muy temprano cada mañana. En torno a las 7.30 la Familia Real se levanta para prepararse con tiempo y disponerse a llevar a la Princesa Leonor y a la Infanta Sofía al colegio donde cursan sus estudios, ubicado en la localidad de Aravaca. Los Reyes desayunan con sus hijas habitualmente y a continuación, las acompañan siempre que pueden al centro escolar donde Leonor y Sofía permanecen hasta las cinco o las seis de la tarde ya que almuerzan en el comedor escolar. Antes de salir de su residencia, los padres ayudan a sus hijas a ponerse las prendas de abrigo y vigilan que no olviden sus libros y cuadernos, material imprescindible para sus clases diarias.

En el automóvil con el que se desplazan, los Reyes y sus hijas intercambian impresiones sobre la tarea que tienen pendiente ese día en el colegio, comentan si tienen algún examen y si lo llevan suficientemente preparado. El trayecto es corto hasta Santa María de los Rosales, el mismo centro en el que estudió el Rey, pero da de sí lo suficiente como para charlar amigablemente entre todos los miembros de la familia. La Princesa y la Infanta ya tienen una edad –Leonor 12 y Sofía 10– en que participan más activamente en las conversaciones con sus padres e incluso están presentes en momentos en los que antes era impensable que las niñas aparecieran o tomaran parte en ellos.

Así ocurrió en diciembre, en el primer día de sus vacaciones, cuando las hijas de don Felipe y doña Letizia entraron en la Sala de Audiencias cuando su padre terminaba de grabar el mensaje de Navidad. Después de acercarse a él, Leonor y Sofía vieron como era el dispositivo que TVE despliega cada año para la grabación y más tarde, tuvieron la oportunidad de ver y escuchar la alocución del monarca muy cerca de él y de los responsables máximos de la Casa del Rey.

Los días en que no tienen colegio comen en la misma mesa que sus padres, y a juzgar por las imágenes cedidas por el Gabinete de Comunicación del Palacio de la Zarzuela, lo hacen de forma similar a tantas y tantas familias, en un ambiente sencillo y sin nada que llame la atención. Lo que es seguro es que los alimentos que toman son sanos y saludables, dada la atención que presta doña Letizia a ese tema y evitar la comida basura a toda su familia.

La llegada al mundo de sus dos hijas fue una satisfacción enorme para la pareja tanto desde el punto de vista dinástico como personal. No hay más que recordar las cara de felicidad y las declaraciones de los Reyes al presentarlas a los medios en los que manifestaron su voluntad de tratar de ser los mejores padres para sus hijas. Doña Letizia dedicó esos primeros años de infancia de Leonor y Sofía a su cuidado de una forma poco usual hasta ese momento en una Casa Real: ocupándose personalmente de ellas, sin encomendarlas a niñeras, dejando que las cunas compartieran el mismo espacio que sus padres incluso cuando recibían visitas. Amigos de don Felipe contaban admirados cómo cuando quedaban con él, miraba el reloj con frecuencia y en un momento determinado les decía que se iba porque quería estar en su residencia a la hora del baño de sus hijas.

Las niñas han crecido y se van convirtiendo en pre adolescentes que, por cierto, mantienen un comportamiento impecable en los pocos actos públicos en los que han participado. Se sabe que las dos son excelentes estudiantes según informan fuentes próximas a ellas y sus padres asisten a los actos colegiales sin mantener actitudes de privilegio. Los Reyes comparten tiempo de ocio con ellas en fines de semana y vacaciones. Así lo vimos este verano cuando visitaron una exposición de pintura en la isla de Mallorca o en invierno cuando acudieron a esquiar a la estación aragonesa de Astún.

Y una cosa importante que es prioritaria para los Reyes: sin obviar que la heredera de la Corona es la Princesa Leonor y eso comporta una serie de diferencias en el estatus de la primogénita, ellos evitan que la Infanta Sofía se sienta celosa o se considere distinta a su hermana a ojos de sus padres. Las hermanas, según las fuentes antes citadas, se adoran y Leonor siempre ha mantenido una actitud protectora hacia su hermana. La familia de los Reyes y sus dos hijas son una piña indestructible que no permiten que nadie invada su intimidad. Sus padres se propusieron que las niñas vivieran una infancia similar a la de cualquier niño.

Pero el tiempo pasa inexorablemente y las hijas de los Reyes se van haciendo mayores lo que significa que no falta mucho para que su presencia en la vida oficial se convierta en natural. Ya no será una excepción verlas más a menudo como parte que son de la primera institución de España.