ISAF

Aeropuerto de Qala i Naw, donde los aviones conviven con niños y cabras

50 efectivos del Ejército del Aire trabajan para controlar el caótico aeródromo afgano

El sargento primero Fernando Marcos, controlador aéreo de la base española
El sargento primero Fernando Marcos, controlador aéreo de la base españolalarazon

Qala i Naw, un día cualquiera. En la calle más grande de la ciudad, sobre el asfalto ardiendo, juegan niños, pasan animales o se organizan mercadillos. Podría ser una avenida más de cualquier rincón el mundo, pero hay un detalle que la hace distinta. En un momento dado, casi sin previo aviso, militares españoles corren a cortar el tráfico. No hay ninguna amenaza de ataque ni nada parecido. Lo que ocurre es que un avión está a punto de aterrizar. Sí, una de las calles más abarrotadas de la ciudad es también la pista del aeropuerto, a las puertas de la base española "Ruy González de Clavijo". Es algo habitual ver un avión de transporte "Hércules"aterrizando mientras a escasos cien metros un pastor camina con sus cabras sin inmutarse.

Pero ¿quién se encarga de controlar ese caos nunca visto? Los efectivos del Grupo Aéreo Avanzado, formado por 50 militares del Ejército del Aire. Al mando, el teniente coronel Miguel Ivorra. Su misión es la de ofrecer una serie de capacidades aéreas a la propia base, desde vigilancia con aviones no tripulados (los ya famosos UAV) o la descarga de las aeronaves que llegan. Sin olvidar a los controladores y su torre de control, que tampoco aquí son como uno espera. La torre es un vehículo blindado y el controlador un efectivo cargado con un equipo de radio. Nada más. Controladores de combate se llaman y han conseguido organizar ese caos, inimaginable en cualquier país desarrollado, de mezclar en apenas 2,5 kilómetros niños, animales y hasta mercadillos ambulantes con aviones y helicópteros que van y vienen.

El medio centenar de efectivos trabaja para que esto sea posible en diferentes aspectos. Unos de los primeros en entrar en juego son los operadores de los UAV, procedentes del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA). Cada cierto tiempo lanzan desde una colina de la base un pequeño UAV "Raven"para controlar desde el aire cualquier amenaza. El encargado de lanzarlo es el cabo Bedoya, con siete misiones en Afganistán a sus espaldas y, acto seguido, el sargento Kilian comienza a controlarlo como si fuera un videojuego. En una pequeña pantalla portatil se observa al detalle lo que ocurre.

Con la zona sin peligros ya pueden comenzar a aterrizar los aviones. Está a punto de llegar un helicóptero de transporte ucraniano y hay que vaciar la pista. Lo justo para que la gente no se enfade. En cuanto está en tierra la calle vuelve a abrirse y, de nuevo, el caos regresa al aeropuerto de Qala i Naw.

Y aunque parezca mentira, este aeródromo superan en cifras a muchos españoles. De media realizan 17 movimientos aéreos diarios y desde 2005 suman ya casi 42.500. En estos 8 años han entrado o salido de Qala i Naw más de 90.000 pasajeros, superando, por ejemplo, al aeropuerto de La Gomera, y se han movido casi 8.700 toneladas de material. Todo, gracias a 20 personas que trabajan 24 horas al día.

Pero, además de controlar el caótico aeropuerto, los miembros del Grupo Aéreo Avanzado también se encargan de dar seguridad a los convoyes que transitan por las peligrosas rutas afganas. Son el Equipo de Control Aerotáctico quienes, a bordo de un blindado, reciben la información que envían los aviones no tripulados y van marcando las posiciones de las amenazas.