Opinión | Méritos e infamias

Agua y vergüenza

"Genera asco comprobar cómo ni ante una situación así la mala política deja espacio para el respeto y la generosidad"

Rescate de personas del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia REMITIDA / HANDOUT por CONSORCIO BOMBEROS VALENCIA Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 29/10/2024
Rescate de personas del Consorcio Provincial de Bomberos de ValenciaCONSORCIO BOMBEROS VALENCIAEuropa Press

El helicóptero sobrevuela el terreno inundado, las aspas crean pequeñas olas que dan movimiento a la escena, petrificada por la barbarie de la tormenta inesperada y única. Una mancha que se acerca en el radar y acaba con la vida de más de cien personas en Valencia a las que se les truncó el futuro el martes por la tarde. Por mucho que nos empeñemos en roer nuestro egoísmo de primates, la naturaleza se impone sobre nuestras certezas convirtiéndonos en pequeños monigotes, impotentes, ante la destrucción. Un manto de agua asoló como una guadaña no solamente a las víctimas, también cercenó el futuro de los afectados que ahora deben recomponer su día a día. Una tragedia como ésta revuelve las tripas por el dolor de los demás, que se hace nuestro, y genera asco al comprobar cómo ni ante una situación así la mala política deja espacio para el respeto y la generosidad. Mientras todo el país contenía el aliento y el llanto durante la mañana del miércoles, en el Congreso de los Diputados se mantuvo el Pleno para la reforma de RTVE. A pesar de todo, a pesar de tanta destrucción; había que seguir adelante con las maquinaciones, con las intrigas de socios, con la bazofia que se pasan de una mano a otra los partidos. Cuando hacía falta que todo el país mirara a Valencia con generosidad y respeto, algunos políticos, esta vez sí, decidieron dedicarse a votar cómo enchufar mejor a sus conmilitones. Dicen que la partitocracia gangrena la democracia, lo hacen los que entendieron que primero iba su negociado y luego los valencianos. Pobres, no entienden que viven gracias a los ciudadanos, los mismos con los que no tuvieron ni la más mínima decencia al colocarse por delante de su drama. Bajarán las aguas y volverá la rutina de la vida, pero no debemos olvidar la bajeza moral de unos políticos que obvian el porqué de su remuneración mensual. Se irá el agua y nos quedará la vergüenza, a ellos seguramente no.