ETA

La Audiencia condena a "Ata" por el asesinato de Giménez Abad pero absuelve a la etarra Zaldua

El tribunal concluye que la prueba para condenar al exjefe de ETA es "absolutamente convincente", pero el juez De Prada defiende su absolución

Audiencia Nacional
ex responsable del aparato militar de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, AtaEfeLa Razon

Uno de los 379 asesinatos de ETA todavía sin resolver ya tiene condena. La Audiencia Nacional ha condenado a 30 años de prisión al exjefe de la banda terrorista Mikel Carrera Sarobe, "Ata", por el asesinato del presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad el 6 de mayo de 2001, a quien tiroteó a bocajarro en presencia de su hijo menor de edad, pero la Sala ha absuelto a la etarra Itxaso Zaldua, a quien el tribunal ya dejó en libertad el pasado junio anticipando esa absolución.

Uno de los tres integrantes del tribunal, el magistrado José Ricardo de Prada, se opone en un voto particular a la condena de "Ata" y defiende su absolución. El exdirigente etarra tendrá que pagar además una indemnización de 250.000 euros a la mujer y a los dos hijos del senador asesinado.

Para el tribunal existe prueba “absolutamente convincente” para condenar a Carrera Sarobe, sobre todo la declaración del hijo del fallecido, Borja Giménez Larraz, y las declaraciones de las testigos protegidas que le identificaron como el terrorista que disparó al líder del PP en Aragón cuando se dirigía al estadio de la Romareda a ver un partido del Real Zaragoza junto a su hijo. La Sala también ha tenido en cuenta -además de las pruebas de balística y el resultado de la autopsia- los testimonios de varias personas que no presenciaron los hechos directamente pero sí se encontraban cerca del lugar de los hechos y presenciaron la huida del terrorista. De ahí que, pese a que "Ata" negó que asesinara al político aragonés, los magistrados afirman que "se ha practicado prueba suficiente que acredita la participación de Mikel Carrera Sarobe en los hechos juzgados como autor material del asesinato del sr Giménez Abad".

Declaración de las testigos protegidas

La sentencia valora las declaraciones de las testigos protegidas y las identificaciones que realizaron. "Son relatos distintos que se armonizan plenamente y su valor radica en que todos ellos son armónicos, coincidentes en la identificación, pero partiendo de relatos muy personales que desmienten cualquier riesgo o contagio, entre otras cosas porque dichas testigos no se conocen entre sí", sostiene la Sala. Estos testimonios, unidos al de Borja Giménez Larraz -que reconoció fotográficamente a "Ata" y posteriormente en una rueda de reconocimiento en París- , junto a un informe de la Guardia Civil de 2015 que señalaba a Carrera Sarobe, son suficientes para la Audiencia Nacional para acreditar que "Ata" fue el autor del atentado. En relación con la identificación fotográfica llevada a cabo por una testigo protegida, la Sala admite tener "muy serias dudas sobre la fiabilidad de esa identificación".

Sin embargo, considera que no hay pruebas suficientes para condenar también a Itxaso Zaldúa, para quien la Fiscalía pedía una condena de 30 años de prisión. En este caso, la Sala ve insuficiente el reconocimiento fotográfico de la acusada. Los informes policiales, argumenta el tribunal, tampoco permiten concluir que ese día se encontraba en Zaragoza con el fin de atentar contra Giménez Abad. Para esta conclusión ha resultado determinante el testimonio de unas testigos, amigas de la acusada, que aseguraron que ese día estaba con ellas en el cine (una aportó incluso la entrada). En la sentencia ni siquiera se da por probado que formara parte del "comando Basajaun" ni que este cometiera el atentado, como defiende la Fiscalía y la Guardia Civil.

De Prada defiende la absolución de "Ata"

Pero uno de los tres magistrados, José Ricardo de Prada, discrepa de la condena a "Ata", al considerar que no hay prueba suficiente que sustente su condena. En un voto particular, señala que los indicios contra el exjefe de ETA "no son de suficiente entidad ni tienen suficiente consistencia para concluir, más allá de toda duda razonable" que fue él quien disparó a bocajarro a Giménez Abad.

El magistrado subraya que los informes policiales que esgrimen sus compañeros "pueden servir de orientación para la opinión judicial, pero nunca puede sustituirla". Asimismo, cuestiona las identificaciones que realizaron los testigos de Carrera Sarobe, a quien señalaron como el autor de los disparos, pues para el magistrado no resultan definitivas para probar su autoría material.