
La estrategia electoral del PP
Barones del PP animan a Azcón a convocar con Castilla y Léon o Andalucía
Se da por sentado el adelanto en Aragón y dirigentes de peso apuestan por una doble cita en marzo, o junio

Aragón tiene todas las papeletas para ir a elecciones. Finalmente, Jorge Azcón ha asumido la línea oficial de Génova y si no consigue aprobar el Presupuesto para el próximo año, pulsará el botón nuclear. Sin embargo, en su partido, hay quienes piensan que tiene dos escenarios encima de la mesa: marzo o junio. Porque, según señalan barones de peso a LA RAZÓN, la mejor opción pasa por hacer coincidir la cita en Aragón con los comicios en Castilla y León, previstos para el tercer mes del año; o con los de Andalucía, que tendrán lugar justo antes de verano. En Extremadura, la presidenta María Guardiola no esperó y, certificado el bloqueo político, convocó para diciembre.
A partir de ahí, se abrió la veda y perdió fuelle la idea de un «superdomingo» electoral, con la que tanto se rumoreó en las filas del PP. Sin embargo, la idea de que Azcón convoque a la par que Alfonso Fernández Mañueco o Juanma Moreno seduce a los afectados, porque piensan que podría beneficiar al PP y, sobre todo, podría perjudicar al PSOE, que «tendría que dividir esfuerzos y eso, siempre dificulta más».
Existe una realidad que los populares conocen bien. A nivel territorial, los candidatos tiran. Es decir, tanto Azcón, como Mañueco y Moreno son activos electorales, que cuentan con popularidad entre los ciudadanos de sus territorios y que no dependen exclusivamente del apoyo de Génova para poder mejorar su resultado. Justo lo contrario que los cabeza de cartel socialistas. A estas alturas, Sánchez no oculta que el liderazgo personalista que viene practicando en su formación ha terminado incluso por anular a sus candidatos autonómicos, por mucho que sean miembros del Consejo de Ministros.
Ni el aspirante de cartel de Castilla y León, ni la vicepresidenta María Jesús Montero, en Andalucía, ni la portavoz, Pilar Alegría, que será candidata en Aragón, consiguen mejorar las perspectivas electorales del PSOE. Ante el mal pronóstico para su partido, Sánchez ha decidido ser él mismo, personalmente, quien asuma la campaña, hasta el punto de lanzarse como nunca antes contra los presidentes autonómicos. Un cuerpo a cuerpo que se escenificó la semana pasada en el Congreso de los Diputados. Por eso, la tesis en el PP es que una doble cita, en Aragón y en Castilla y León o en Aragón y Andalucía debilitaría, y mucho, a Sánchez, que sería incapaz de gestionar de manera simultánea dos campañas electorales.
Una vez más, coge fuerza la idea de un «súperdomingo». En Génova, no quieren mostrar ninguna preferencia. Alberto Núñez Feijóo mantiene una interlocución directa con sus barones y respalda que, ante la incapacidad de aprobar Presupuestos, acudan a las urnas. Pero, según aseguran en su equipo, descarta de plano inmiscuirse en la fecha, prerrogativa que corresponde única y exclusivamente a la persona afectada.
Lo que está fuera de toda duda es que Azcón no tendrá cuentas públicas. Las relaciones con Vox, desde el principio, han sido difíciles. Su objetivo principal pasa por dar estabilidad a la legislatura y encauzar el voto del partido verde al texto presupuestario, que verá la luz dentro de muy poco.
Hace dos días, se manifestó con cierta resignación: «Aragón vive un momento espectacular, estamos en un momento histórico. Vamos a trabajar para que haya un Presupuesto en la comunidad, pero creo que las administraciones tenemos la obligación de aprobar Presupuestos. No soy Pedro Sánchez. No voy a agarrarme al poder pase lo que pase. Voy a trabajar para que se aprueben, pero es evidente, si no conseguimos aprobar Presupuestos por segundo año consecutivo creo que, aunque nadie quiera ir a elecciones, la posibilidad más seria es que convoquemos elecciones».
Su deseo, dijo, es que «haya sensatez y sentido común», que prime el análisis del «momento en el que se encuentra Aragón». En su opinión: «Estamos en un momento histórico, atrayendo miles de millones de euros de inversión, haciendo una política de creación de empleo como no está haciendo ninguna otra comunidad autónoma y pensando en los aragoneses para que nos esforcemos en aprobar un Presupuesto».
Pero sus palabras no parecen convencer a Santiago Abascal, que de momento se inclina por torcer el pulgar hacia abajo. Actitud que el PP usará para construir un relato que acabe por convencer al personal de la necesidad de lograr una «mayoría suficiente». Porque la alternativa, siempre será el bloqueo.
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